MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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jueves, 11 de diciembre de 2014

SAN JUAN BAUTISTA HA SIDO EL ÚNICO HOMBRE QUE HA NACIDO SIN PECADO ORIGINAL, POR LA VISITA DE LA Stma VIRGEN MARÍA A SU PRIMA Sta. ISABEL

Pintura antigua de San Juan Bautista



Libro de Isaías 41,13-20.

      Yo soy, el Señor, soy tu Dios, el que te sostengo de la mano derecha y te digo: "No temas, yo vengo en tu ayuda". 

Tú eres un gusano, Jacob, eres una lombriz, Israel, pero no temas, yo vengo en tu ayuda -oráculo del Señor- y tu redentor es el Santo de Israel. 


          Yo te convertiré en una trilladora, afilada, nueva, de doble filo: trillarás las montañas y las pulverizarás, y dejarás las colinas como rastrojo.

         Las aventarás y el viento se las llevará, y las dispersará la tormenta; y tú te alegrarás en el Señor, te gloriarás en el Santo de Israel.


          Los pobres y los indigentes buscan agua en vano, su lengua está reseca por la sed. Pero yo, el Señor, les responderé, yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.


       Haré brotar ríos en las cumbres desiertas y manantiales en medio de los valles; convertiré el desierto en estanques, la tierra árida en vertientes de agua.


       Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos silvestres; plantaré en la estepa cipreses, junto con olmos y pinos, para que ellos vean y reconozcan, para que reflexionen y comprendan de una vez que la mano del Señor ha hecho esto, que el Santo de Israel lo ha creado.

          Al leer este pasaje del gran Profeta Isaías, me viene a la mente una horrenda fotografía sobre la miseria en África, en donde se ve un niño pequeño moribundo, acompañado a cierta distancia por un buitre, esperando su muerte, en el suelo de un campamento de refugiados.

      Este estado de cosas, fruto del egoísmo humano, consecuencia de los pecados producidos por la desobediencia a las Leyes de Dios, es de una gravedad tal, que exige de parte de Dios, una respuesta a esta situación. Por eso hay tantas guerras, tantos atentados y tantas situaciones catastróficas, que van en aumento lo que es un termómetro que indica que se incumplen cada vez más los mandamientos de la Ley de Dios. 


         Ese niño, verdadero gusano humano, lo último y más miserable de esta Tierra, sera, según palabras de Yahveh, el que trillará a las montañas y las pulverizará, y el que dejará a las colinas como rastrojo. Será la prueba en el Reino de Dios de todas las injusticias que están simbolizadas con el despojo de las montañas y su aniquilación, que son los que simbolizan los poderosos que gobiernan el mundo, y el rastrojo de las colinas que son el despojo a lo que serán sometidos todos los culpables de la miseria humana.


          En el último párrafo de la Profecía, se relata la abundancia que tendrán estos gusanos humanos en el Reino de los Cielos: La Prosperidad y la opulencia eternas.





Salmo 145(144),1.9.10-11.12-13ab.



Te alabaré, Dios mío, a ti, el único Rey, 
y bendeciré tu Nombre eternamente;
el Señor es bueno con todos 
y tiene compasión de todas sus criaturas.

Que todas tus obras te den gracias, Señor, 
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino 
y proclamen tu poder.

Así manifestarán a los hombres tu fuerza 
y el glorioso esplendor de tu Reino:
tu Reino es un Reino Eterno, 
y tu dominio permanece para siempre


     


                        Y en este mundo, en donde los seres humanos, gracias a la acción de la Gracia de Dios, de las oraciones de los fieles, de los castigos mandados por Dios para que las almas vuelvan al camino recto, los hombres pueden aún cambiar de conducta y arrepentirse, incluso unos instantes antes de su muerte, como así lo dijo la Santísima Virgen en Fátima: "¡Cuantas almas se condenan porque no hay nadie que rece por ellos!", en este mundo, en donde Dios hace caer la lluvia sobre los justos y los injustos, 







Evangelio según San Mateo 11,11-15.


             Jesús dijo a la multitud:

          "Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él. 


          Desde la época de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos es combatido violentamente, y los violentos intentan arrebatarlo. 


       Porque todos los Profetas, lo mismo que la Ley, han profetizado hasta Juan.


          Y si ustedes quieren creerme, él es aquel Elías que debe volver. ¡El que tenga oídos, que oiga!"





             Toda la Escritura, habla de Jesús, desde el Génesis con la presencia del árbol de la Vida en el Jardín del Edén, el Éxodo con las figuras de Moisés y Aarón, que simbolizan las naturalezas Divinas y humanas de Jesús, y todos los profetas, el Evangelio, los Hechos de los Apóstoles, las cartas de San Pablo, y de los Apóstoles, y el Apocalípsis.

           El drama del Pueblo Judío, que no ha querido reconocer a Cristo, hace que esta Religión sea una rama desgajada del árbol de la Vida, porque no ha reconocido al Mesías, y aún lo está esperando. El Antiguo testamento dice que antes de la venida del Mesías tenía que volver el Profeta Elías, esa es otro error de querer interpretar literalmente las Escrituras, esas palabras querían decir que vendría un Profeta con el espíritu de Elías.

Y además, como lo dice Jesús, no ha nacido ningún hombre más grande que él, ya que, cuando la Santísima Virgen María visitó a su madre Santa Isabel, Juan Bautista saltó de alegría en su vientre y por eso fue el único hombre que nació sin pecado original.