MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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domingo, 29 de noviembre de 2015

EL SONIDO DE LA MANIFESTACIÓN DE DIOS, ES SEMEJANTE A UN RUIDO DE MULTITUD Y DE EJÉRCITOS; Y DE AGUAS CAUDALOSAS


LA LLAMADA DEL ESPÍRITU SANTO PARA LA UNIÓN MÍSTICA
CON LA DIVINIDAD EN EL REINO DE DIOS




EL HECHO DE QUE AL MORIR EL ALMA SE ENCONTRARÁ CON DIOS, ES UNA DE LAS RAZONES POR LAS CUALES LA ESCRITURA, POR MEDIO DE SAN PABLO, ADVIERTE DE LA INMINENTE LLEGADA DE JESÚS, LLENO DE GLORIA, A LA DERECHA DEL PADRE, RODEADO DE SUS ÁNGELES Y SUS SANTOS, ADORANDO Y CANTANDO SUS ALABANZAS.

El alma en el Paraíso de Dios, tiene por misión comunicarse con Él de la misma manera que lo hace la Santísima Trinidad. Es un intercambio de amor y de alabanzas entre la esposa que es el alma purificada y Jesús el divino Esposo.

Es semejante con lo que ocurre en el Matrimonio humano, un intercambio de dones entre los esposos, que en la Tierra, como lo dice Jesús son una misma carne, y de la misma manera, en el Cielo son un mismo espíritu. 

Todas las virtudes que tiene el alma han sido adquiridas en la Tierra por la divina Gracia de Dios, después de una estancia más o menos larga, con una serie de pruebas y de dones que el alma ha adquirido a fuerza de penosos trabajos y de sacrificios, que han sido necesarios para limpiarla y purificarla con esos dones del Espíritu Santo, que son ahora los que el alma posee y la embellece de tal manera, que el mismo Esposo es el que se recrea en esa gracia y belleza que proviene de Él.

Y cuando el alma ha sido encontrada digna de ser la esposa de Dios, es cuando oye la voz del Esposo que le dice: 

Levántate y date prisa, amiga mía, paloma mía, hermosa mía, y ven; pues que ha pasado ya el invierno, y la lluvia se fue y alejó, y las flores han aparecido en nuestra tierra, y ha llegado el tiempo de podar; la voz de la tortolilla se ha oído en nuestra tierra, la higuera ha producido sus frutos; las floridas viñas han dado su olor.

Levántate, amiga mía, preciosa mía, y ven, paloma mía, en los horados de la piedra, en la caverna de la cerca; muéstrame tu rostro, suene tu voz en mis oídos, porque tu voz es dulce y tu rostro hermoso (Cant 2, 10-14)


Se produce entonces ese deseado matrimonio espiritual, con el intercambio de alabanzas y de dones que solo puede realizar la divinidad, que entonces se puede unir con la perfección del alma que Él mismo ha hecho semejante a sí, porque lo que ocurre entre el alma y Dios es semejanza de lo que ocurre entre Jesús y su Padre por la acción del Espíritu Santo, ese intercambio de amor es la respuesta a la Esposa que pregunta:

"Oh, amado de mi alma, muéstrame donde te apacientas y donde te recuestas al mediodía".

Y es que Jesús se apacienta en la unión mística con su Padre, y en donde se recuesta al mediodía, que es cuando las dos agujas del reloj se detienen, indicando el cielo, lo que simboliza la eternidad.




DE LA LLAMA DE AMOR VIVA DE 
SAN JUAN DE LA CRUZ .
(Visión de Dios por las almas ya purificadas)



[...] ¡Oh!, pues, ¡ qué sentirá aquí el alma que, experimentando aquí la noticia y comunicación de aquella figura que vio Ezequiel.....

Y sintiendo en su espíritu aquel sonido que hacía su paso, que era como sonido de multitud y de ejércitos, que significan muchas grandezas de Dios que aquí el alma en un solo sonido de un paso que Dios da por ella distintamente conoce, y finalmente, gustando aquel sonido de batir de sus alas, que dice el profeta, era como es cuales significan el ímpetu que hemos dicho de las aguas divinas, que al alear del Espíritu Santo en la llama de amor, letificando el alma, la embisten, gozando aquí la Gloria de Dios en su semejanza y sombras, como también ese profeta dice, ¡que la visión de aquel animal y rueda, era semejanza de la gloria del Señor! (Ez 1-2).

[...] ¿Quien dirá, pues, lo que sientes, ¡oh, dichosa alma!, conociéndote así amada, y con tal estimación engrandecida? Tu vientre, que es tu voluntad, es como el de la esposa, semejante al montón de trigo que está cubierto y cercado de lirios (Cant 7, 2), porque en esos granos de pan de vida que tu juntamente estás gustando, los lirios de las virtudes que te cercan, te están deleitando. Porque estas son las hijas del Rey que dice David que te deleitaron con la mirra y el ámbar y las demás especies aromáticas. (Sal 44, 9-10).

Porque las noticias que te comunica el Amado de sus gracias y virtudes son sus hijas, en las cuales estás tu engolfada e infundida, que eres también el pozo de las aguas vivas que corren con ímpetu del monte Líbano (Cant 4,15), que es Dios. En lo cual eres maravillosamente leitificada según toda la armonía de tu alma y aún de tu cuerpo, hecha todo un paraíso de regadía divino, para que se cumpla también en ti el dicho del salmo que dice: El ímpetu del río leitifica la ciudad de Dios. (45, 5)