MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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jueves, 22 de septiembre de 2016

EL CORAZÓN DE LOS HOMBRES, ENTENEBRECIDO POR EL OLVIDO DE DIOS, TRAERÁ CONSIGO EL FIN DEL MUNDO






Todo hombre ha conocido a Dios, ya que su alma ve a través de sus cinco sentidos corporales, analizando todas las maravillas de la Creación, hecha a imagen y semejanza suya. en donde se ha comprobado en el Cosmos que Dios es infinito, y que obedece a todas las leyes impuestas por Él, y en donde se puede ver también en toda su variedad de criaturas que están dotadas del instinto de conservación y de reproducción, que les hace cuidar con esmero y diligencia a su descendencia.

Vivimos en el mundo, en donde se puede apreciar la sublime belleza de todo lo creado tanto en el mundo vegetal como animal, y podemos conocer también a Dios a través de la conciencia, que todo hombre tiene grabada, ya que Dios habla a través de ella, no con palabras humanas, pero con sentimientos, ya que es Él que nos llena de alegría cuando hacemos una obra buena, y que nos llena de amargos remordimientos cuando obramos el mal.

Estos dos testigos de Dios que son nuestra razón y nuestra conciencia, son los dos testigos del Apocalipsis, que la humanidad perversa, liderada por el Anticristo matará al final de los tiempos, y expondrá en las plazas públicas, que es en el mundo entero, lo que desatará la ira de Dios, que mandará a sus Ángeles para destruir a la Bestia, y acabar con la humanidad corrompida como en el tiempo del Diluvio, como está relatado en el libro del Apocalipsis. (Ap 11, 7-14)

La muerte de esos dos testigos, acarreará consigo el fin del mundo, ya que no puede haber una segunda encarnación e inmolación de Cristo, porque la primera fue rechazada por los tres enemigos de Dios: mundo, Carne y Demonio, que es el que dirige los ejércitos de la Bestia en su última lucha contra Dios, lucha que sabe perdida, pero que quiere morir matando, arrastrando consigo a la mayor cantidad posible de almas.


Epístola de San Pablo a los Romanos 1, 21-32


Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. 

Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. 

Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.

Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.


Salmo 90 (89)

Tú haces que los hombres vuelvan al polvo, 
con sólo decirles: “Vuelvan, seres humanos”. 
Porque mil años son ante tus ojos 
como el día de ayer, que ya pasó, 
como una vigilia de la noche. 
Tú los arrebatas, y son como un sueño, 
como la hierba que brota de mañana: 
por la mañana brota y florece, 
y por la tarde se seca y se marchita. 
Enséñanos a calcular nuestros años, 
para que nuestro corazón alcance la sabiduría. 
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...? 
Ten compasión de tus servidores. 
Sácianos en seguida con tu amor, 
y cantaremos felices toda nuestra vida. 
Que descienda hasta nosotros 
la bondad del Señor; 
que el Señor, nuestro Dios, 
haga prosperar la obra de nuestras manos.