MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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lunes, 9 de octubre de 2017

¿DONDE ESTÁ DIOS? ¿COMO SE COMPORTA CON LAS ALMAS DE LOS JUSTOS Y DE LOS IMPÍOS?





JESÚS PERDONA A LOS PECADORES ARREPENTIODOS
PERO NO PUEDE PERDONAR A LOS IMPÍOS




Extraordinario comentario de Dios Padre a María Valtorta que explica de una manera muy clara donde está Dios, y las diferencias de estado de ánimo de su Majestad en las diversas ánimas donde mora. Es una confirmación de lo que dice San Juan de la Cruz en sus escritos, cuando explica los tres estados de presencia de Dios en las almas. 

-Dios está en todas ellas porque les da la vida, si no estuviera, morirían. Es la presencia esencial.
-Dios mora agradado en las almas de los justos y temerosas de Dios. Es la presencia por Gracia. 
-Dios no mora en las almas de los impíos, ya que es incompatible con el mal, porque como lo enseña la filosofía, dos contrarios no pueden subsistir en un mismo sujeto, es la presencia por acción espiritual.



De los Cuadernos de María Valtorta
(8 de Octubre de 1.944)

Hechos 17, 27-28

“En verdad, no estoy lejos de ninguno de vosotros. Basta que me busquéis –y, para encontrarme, ni siquiera es necesario ir a tientas como pobres ciegos – y me encontraréis.
¿Dónde estoy? ¿Dónde está ese Dios eterno? ¿Dónde está ese Señor del Cielo y de la Tierra, ese Creador de todos los hombres, derivados de aquel hombre, que fue la obra maestra de su creación, y que ahora es la piedra de toque de su bondad? ¿Acaso es necesario recorrer montes y valles, navegar por los mares, enfrentar los desiertos o, simplemente, salir de las casas y de las ciudades, para encontrarle en ciertos lugares especiales No es así. Es verdad que hay templos e iglesias elevados al culto y al nombre del Dios Omnipotente, y que en ellos está el sol sin ocasos de la Eucaristía, o sea, con mi Amado y Dilecto. Más ¿solo allí tenéis a Dios? No: Dios está en vosotros: regocijado en sus santos, paternal en sus hijos, severo en sus enemigos.
Yo estoy en vosotros. Vivo con mi Gracia, torrente de gozo y de paz, fuente de continuos favores, conminando con el único poder de la mirada, que no puede rehuirse y que es palabra de trueno y recriminación (en caso de que no baste mi palabra y el centelleo de Mi mirada para incitar la conciencia a su deber) y estoy en el espíritu de cada hombre. Estoy Yo, que soy el rey y Creador de cada hombre.
Quisiera estar dentro de cada espíritu. Estoy entre los justos como está la Sagrada forma en el ostensorio. En cambio, estoy como Ostensorio que resplandece en lo alto, pidiendo adoración, sobre los fieles de temerosa voluntad. Estoy entre relámpagos y truenos y airado resentimiento en lo alto de mi Gloria, y le digo a los rebeldes: “No vayáis más allá de los límites de vuestro mal; retroceded, purificaos, tomad la senda de la santidad si no queréis que os haga morir”.
Más, para buscarme, no es necesario ir a tientas. Yo estoy junto a vosotros y vosotros vivís, os movéis, y estáis siempre en el ámbito de mi Luz

¡Ay de los que llevan la contaminación de almas pecaminosas dentro de los límites santos! Con la palabra divina, que no miente, Yo os digo que seré benigno con quien, aun ignorando al Dios verdadero, lo sirve igualmente según su instinto espiritual al servir a la bondad y a la moral. Más mi juicio será muy diferente hacia los que aun conociendo mi Nombre y mi Ley, destronan a Dios para dejar lugar a vicios e idolatrías. Los primeros siguen al “Dios ignoto” (Hechos 17, 23). Los segundos abandonan la mansión y la milicia de Dios conocido para servir a infinitos dioses, a ídolos de muchos nombres y de un solo resultado: la ruina.
Y el Hijo, que murió para que todos amasen al Dios verdadero; el Hijo que fue elegido por el Padre como Juez, así como fue designado como Hostia del mundo, ¿puede ser magnánimo para los que, con obstinada maldad, permanecieron en sus idolatrías? ¿Acaso, al crearos, os negué algo que pueda justificar vuestra necedad? No, os di inteligencia y voluntad y habrían sido suficientes porque os la di como Dios, es decir, aptas para icho todo lo que el hombre debe hacer para manteneros en el bien. Y no me limité solamente a ellas. Os di también sabiduría y Doctrina.
Se ha dicho todo lo que el hombre debe hacer para ser mi hijo. El que no lo hace, es porque no quiere serlo. Por lo tanto, no debe murmurar, si Dios es para él severo como un Juez indignado, en lugar de ser amoroso como un padre hacia sus hijos”.


He puesto en negrita unas frases para los fanáticos, que se creen escogidos, que dicen que fuera de la Iglesia no hay salvación, citando los Papas antiguos que afirman que solo se salvan los bautizados, y se condenan los que no están en la línea marcada por la Iglesia Católica.
Y también los que creen que todos somos hijos de Dios, y que por eso no existen ni el Infierno, ni el Demonio, o si existe está vacío como me dijo el Señor Arzobispo, o que os tenemos que pedir perdón porque el Infierno lo hemos inventado nosotros los curas, como dijo cierto sacerdote en una misa concelebrada de Navidad hace ya muchos años.