MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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sábado, 21 de abril de 2018

POR QUÉ YAHVÉ PUSO UNA SEÑAL A CAIN PARA QUE NO DELATE SU CRIMEN CONTRA SU HERMANO ABEL?


El crimen de Caín deformó su alma y su cuerpo, Yahveh
puso una señal para que no se reconozca.






Génesis 4, 13-15 

[...] Caín contestó al Señor:
Mi culpa es demasiado grande para soportarla. Tu me echas de este suelo, y tengo que ocultarme de tu vista; seré un forajido que huye por la Tierra, y el que me encuentre me matará.
El Señor le dijo:
El que mate a Caín será castigado siete veces.
Y el Señor puso una marca a Caín, para que no lo matara quien lo encontrase. 


Nunca comprenderé como hay tanta gente atea, es decir los que no creen en la existencia de Dios, o los que se autodenominan agnósticos, que quiere decir que ni creen, ni dejan de creer, ya que como según ellos, no se puede demostrar la existencia de Dios, se despreocupan del asunto, y viven su vida a su antojo, sin obedecer a ninguna Ley Divina, y siguiendo solo lo que les dicta sus apetitos.

Para nosotros, creyentes, y para la verdadera Iglesia de Dios, puesta por Él para ayudar a alcanzar la Vida Eterna, estas actitudes son verdaderamente pecaminosas, ya que toda la creación tanto material como animal, está pregonando la grandeza, la belleza, la infinita variedad, majestad y la sublime inteligencia de Dios, creación que cuanto más se analiza, tanto a nivel microscópico como a nivel cósmico, más aparece incomprensible para la mente humana.

Con un análisis espiritual más profundo, es un pecado gravísimo contra Dios, porque es negar la evidencia de que tiene que existir un Ser Superior para crear, mantener y ordenar todo lo creado. Y así el ateo, que está disfrutando en este mundo hasta del aire que respira, no solo no es capaz de agradecer a su Creador su existencia, pero además le niega el deber de amarle, como en la naturaleza, así lo hacen todas las cosas creadas, incluso los animales que siempre obedecen a Dios y en cierta manera alaban así a su Creador.

Es igualmente un pecado contra el Sublime Redentor, Cristo Jesús, ya que toda su vida, su pasión y muerte que se realizó para nuestra Salvación, carece entonces de sentido. Y el que no cree en Dios sabiendo que cualquier padre quiere lo mejor para su hijo, y desea que le imite según el ejemplo que le da en su vida y con sus enseñanzas, comete un pecado gravísimo, porque espiritualmente hablando, no querer obedecer a las Leyes de Dios, es el tremendo pecado de Soberbia de Lucifer, que decía “No serviré”, lo que le valió la maldición de Dios, y su caída en el abismo, transformado de Ángel en demonio, acompañado por sus seguidores, los ángeles tenebrosos.

El día del Juicio particular que ocurrirá a la hora de la muerte de cada ser humano, el alma en presencia de Dios, el Juez supremo, se verá entonces con el aspecto que refleja como ha sido su vida, que es la manera de comportarse que ha escogido libremente, en la Tierra, su alma se desarrolló poco a poco de una manera tal, que, el que ha practicado la Virtud, siguiendo los mandamientos de la Ley de Dios, que corresponde con la ley de su Conciencia, se habrá transformado en un ser apto para entrar en el Cielo, será de una belleza y de un esplendor proporcional a la Virtud que haya practicado en su Vida, y será semejante a Dios.

De la misma manera, el que haya practicado el vicio, siguiendo las Leyes de Satanás, el padre de la mentira, y haya muerto en pecado mortal, se verá completamente inepto para poder entrar en el Reino de Dios, ya que se verá transformado en un ser de un aspecto espantoso, semejante a Satanás.

Esto lo explica muy bien San Juan de la Cruz cuando dice que con el amor el alma, se asemeja y se transforma en lo que ama, ya que es propiedad del amor igualar el amante el amado. 

Y en este mundo, el más sádico criminal pasa desapercibido, ya que como se lo prometió Dios a Caín, puso una señal para que no se vea su delito, para evitar así que todo el mundo lo escudriñe, y lo desprecie, y no tenga la posibilidad de arrepentirte mientras está aún en la Tierra, pero en el otro mundo cuando entre en la Eternidad, donde ya el alma no podrá progresar porque habrá perdido la libertad de obrar, Dios habrá sacado esa señal y el alma aparecerá tal cual es, es decir apta para el Purgatorio, el Cielo o el Infierno.




De los cuadernos de María Valtorta
 (18-2-1.947)

Dice Jesús:

[…] ¡Oh vida humana, tan fundida con lo sobrenatural que llega a anular las voces y las flaquezas de la naturaleza para asumir las voces y las perfecciones angélicas! ¡Vida que ha olvidado la concupiscencia y vive de amor y en el amor! Es el hombre que se vuelve ángel, o sea la criatura compuesta por dos substancias, que purifica la parte más baja con los fuegos de la Caridad, y en la Caridad están todas las virtudes, como si fueran muchas semillas encerradas en un solo fruto, hasta el punto que puede decirse que, de este modo se despoja, o mejor, la despoja de todo lo que es materialidad hasta hacer también que la materia sea digna de penetrar un día en el Reino del Espíritu. 


Posa en el sepulcro el atavío purificado a la espera de la orden final. Más entonces surgirá glorificada hasta provocar la admiración de los mismos ángeles, porque la belleza de los cuerpos resurgidos y glorificados causará reverente estupor aun a los ángeles de Dios, que admirarán a estos hermanos suyos en lo creado diciendo: “Nosotros supimos permanecer en la Gracia respecto a una sola substancia; ellos, los hombres, son vencedores de la prueba respecto al espíritu y respecto a la carne. Gloria a Dios por la doble victoria de los elegidos”.



De los cuadernos de María Valtorta del 14 de Julio de 1.944


(...) La semejanza con Dios está en este Espíritu eterno, incorpóreo, sobrenatural, que tenéis en vosotros. Está en este espíritu, en este átomo del Espíritu infinito que, encerrado en una cárcel angosta y precaria, espera y anhela a volver a reunirse con su Fuente y compartir con Ella libertad, alegría paz, luz, amor, eternidad.

La imagen persiste aún donde ya no hay semejanza, porque el hombre permanece tal cual a los ojos de los hombres, aunque a los ojos de Dios y a los sobrenaturales habitantes del Cielo y de pocos elegidos en la Tierra (son los que tienen discernimiento de los espíritus), aparezca ya con su nuevo aspecto de demonio, que es su verdadero aspecto a partir del momento en que al no tener ya vida en él el espíritu, la culpa mortal le priva de la semejanza con Dios.

El hombre, privado de la Gracia por obra de la culpa, es solo el espíritu en donde se pudre el espíritu muerto. He aquí porque aunque todos los seres humanos tienen una imagen física común, cuando se cumpla la resurrección de la carne, serán sumamente diferentes entre si. Los bienaventurados tendrán un aspecto semi-divino, los condenados mostrarán un aspecto demoníaco. Entonces se traslucirá al exterior el misterio de las conciencias. ¡Qué terrible cognición! 

Añadido el 13-5-2.014
En esta vida, cualquier pecador, por muy grave que sea el pecado mortal, puede aún disfrutar de la Redención de Cristo Jesús, ya que, gracias a la señal de Caín, el aspecto de su alma muerta, queda oculta por su cuerpo mortal, si no fuera por esa ventaja, el alma no podría volver a la Vida con la Resurrección, que es el perdón de la culpa para el alma arrepentida.

Si el alma no quedase oculta, sin que su pecado haya transcendido a su cuerpo mortal, ello suscitaría para toda la gente solo odio y desprecio, hacia esa persona, lo que impediría su redención, por esa razón podemos amar al pecador, porque solo así se puede evitar el odio, y por eso puede aún convertirse, ya que una persona solo se puede convertir con amor, y nunca con desprecio. Esa conversión puede realizarse gracias a la Comunión de todos los Santos, es decir por las oraciones, los méritos y los sufrimientos de las almas Santas, que se ofrecen en holocausto por todos los pecadores.

Por eso la Santísima Virgen de Fátima dijo a los pastorcillos: "¡Cuanta gente se condena porque no hay nadie que rece por ellos!". Palabras que no se atreven a recordar muchos predicadores, ocultando una recomendación que ayudaría a salvar muchas almas.






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