MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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lunes, 4 de diciembre de 2017

Primer Domingo de Adviento - 3 de diciembre de 2017 - 11:00 AM






PRIMERA MISA DE ADVIENTO, CELEBRADA POR EL PADRE WILLIE PEÑA EN SAN JUAN, LA CAPITAL DE LA ISLA DE PUERTO RICO, QUE HA QUEDADO ARRASADA POR EL HURACÁN MARÍA.
MUY ACERTAD DIÁLOGO, QUE VERSA DE UNA MANERA ADMIRABLE SOBRE LA MENTALIDAD ACTUAL EN EL MUNDO, QUE SE HA OLVIDADO DE DIOS, CANSADO DE AVANZAR EN LA PERFECCIÓN QUE ES NECESARIA PARA ALCANZAR LA VIDA ETERNA.
SE HACE HINCAPIÉ EN LA ENFERMEDAD MÁS COMÚN DE HOY ES LA DEPRESIÓN, QUE SE PRODUCE PORQUE EL HOMBRE HA PERDIDO LA ESPERANZA EN DIOS, ENTREGÁNDOSE AL MUNDO, REGIDO POR EL ENEMIGO DE DIOS ALIADO A  LA ENTREGA A LOS PLACERES DEL MUNDO Y DE LA CARNE, QUE NO ALIMENTAN EL ALMA QUE HA SIDO CREADA POR LLENAR DE DIOS SUS TRES POTENCIAS DEL ALMA QUE SON LA MEMORIA, EL ENTENDIMIENTO Y LA VOLUNTAD.

DIOS QUIERE DE LOS CREYENTES, QUE LE ENTREGUEN TODA SU VIDA, QUIERE OFRENDAS Y VÍCTIMAS PERFECTAS, YA QUE SIN ESA PERFECCIÓN NO PODEMOS VER A DIOS QUE EN ESTE MUNDO SE VE COMO EN UN ESPEJO QUE ESTÁ APAGADO POR EL VAHO DEL HUMO DE SATANÁS, POR LAS MANCHAS DEL PECADO, Y LAS GRIETAS DEL CRISTAL QUE SE HAN PRODUCIDO POR EL RECHAZO DE LA ESPERANZA EN DIOS, AL CUAL LE DEBEMOS TODO LO QUE TENEMOS, Y QUE NO ES NUESTRO, PORQUE TODO NOS HA SIDO ENTREGADO POR DIOS Y TENDREMOS QUE RENDIR CUENTAS EL DÍA DEL JUICIO, DEL USO QUE HEMOS HECHO DE ELLOS.








domingo, 3 de diciembre de 2017

LA OBEDIENCIA, FRUTO DE LA HUMILDAD, ES LA QUE NOS HARÁ HIJOS DE DIOS. TERRIBLES PALABRAS DE JESÚS PARA LOS IMPÍOS, QUE HAN ABANDONADO A DIOS PARA ENTREGARSE AL MUNDO



JESÚS, QUE ERA DIOS ENCARNADO, MARÍA LA
 CRIATURA MÁS PERFECTA DE LA CREACIÓN,
OBEDECÍAN A SAN JOSÉ





Dijo Jesús que el que no es como un niño, no entrará en el Reino de los Cielos, lo que caracteriza un niño es la obediencia hacia sus padres, porque sabe que tiene que aprender de ellos, ya que para él, tienen un conocimiento perfecto de la vida, y que les debe todo, el alimento, el vestido, y el cariño que recibe. Sus padres le han enseñado que para salir adelante en la vida, tiene que obedecer y que a veces si recibe una reprimenda, proporcional a la falta, es por su propio bien y por eso, nunca les guarda rencor, muy al contrario les ama con todo su cariño.
La mayoría de los niños que no han querido obedecer, de mayores han vivido una vida cargada de dificultades y de sufrimientos, ya que una persona que en su juventud ha sido desobediente, nunca podrá doblegarse ante todas las obligaciones de la vida, será una persona rebelde a todas las leyes que impone la sociedad, y lo que es peor a las Leyes espirituales, y por ello, será un desgraciado en esta vida y un réprobo en la eternidad.


De los Cuadernos de María Valtorta
(16 de Marzo de 1.944, en plena 2ª  guerra mundial)
  

Hebreos 5, 7.8.12.14; 6, 1.4.6.8.
Dice Jesús:

“Quiero que tú y muchos otros consideréis una virtud de la que os ha derivado un gran bien, el bien más grande, así como su contrario os ha venido un gran mal, el mal mayor: Ya te he hablado de ello, más tu sufrimiento no te ha hecho recordar las palabras. Te las repito porque me urge que las conozcáis.
Dado que os amaba infinitamente, Yo quise ser vuestro Redentor. Más no lo fui únicamente por la Sabiduría, ni por la potencia, ni por la Caridad. Estas son tres características, tres dotes divinos, y los tres obraron en la Redención del Género humano, pues os instruyeron, os conmovieron con milagros, os redimieron con el Sacrificio.
Más, Yo era el Hombre. Y por serlo, debía poseer esa virtud cuya pérdida había perdido el hombre, y redimiros con ella. El hombre se había perdido por haber desobedecido al deseo de Dios. Yo, el Hombre, he debido salvaros obedeciendo al deseo de Dios.

Dice Pablo que Yo, “tras haber ofrecido, en los días de mi vida mortal, plegarias y súplicas con fuertes gritos y con lágrimas, para salvar al hombre de la muerte espiritual, fui escuchado por mi reverencia”. Y agrega que, habiendo alcanzado la perfección porque había aprendido (o sea, porque había cumplido con obediencia), me convertí en la causa de Salvación eterna para todos los que me obedecen.

Por lo tanto, Pablo dice: - con palabras que el Espíritu hace verdaderas – que Yo, el hijo de Dios hecho Hombre, alcancé la perfección por medio de la obediencia y pude ser Redentor gracias a ella. Yo, el Hijo de Dios alcancé la perfección con la obediencia. Yo redimí con la obediencia.
Si meditáis profundamente acerca de esta verdad, tenéis sentir lo que siente el que está solo sobre una elevada ensenada marina y, desde allí mira fijamente la profundidad y la inmensidad del mar y le parece hundirse en ese abismo líquido del que no conoce ni la profundidad ni los confines.

¡Es la obediencia! Es ese mar ilimitado y abismal en el que me sumergí antes que vosotros para volver a la Luz a los que habían naufragado en la culpa. Es el mar en el que tendrían que sumergirse todos los verdaderos hijos de Dios para ser redentores de sí mismos y de sus hermanos. Es el mar que no tiene solamente grandes profundidades y grandes olas, sino también playas bajas y pequeñas olas que parecen bromear con la arena de la orilla, esas olitas que tanto le gustan a los niños, que juegan con ellas.
La obediencia no está hecha solamente de horas excelsas en las que obedecer significa morir como hice Yo, en las que obedecer significa arrancarse del lado de una Madre como hice Yo, en las que obedecer significa renunciar a la propia morada como hice Yo, al dejar el Cielo por vosotros. La obediencia está hecha también de cosas minúsculas de cada hora, que van cumpliéndose  sin refunfuños, a medida que se presentan.

¿Qué es el viento? ¿Es siempre un torbellino que inclina la cima de los árboles seculares y la dobla, la quiebra, la echa al suelo? No, no solo es eso. También es viento, cuando con mayor levedad, que una caricia materna, peina las hierbas del prado y el trigo en el que brotan los retoños y a penas los hace ondular, como si la cima de sus verdes tallos se estremeciera de alegría al ser rozados por esa brisa ligera. Las pequeñas cosas son la brisa ligera de la obediencia. ¡Son pequeñas, pero cuanto bien hacen!

Ahora es primavera. ¡Qué dulce sería esta estación, si la sangre no la manchara! Las plantas, que saben amar y obedecer al Creador, están poniéndose atavíos hechos de esmeralda y se engalanan con flores como una novia. Los prados parecen un encaje, un terciopelo bordado de flores y los bosques muestran su felpa perfumada bajo una bóveda de cimas verdes y sonoras. Más, si no existieran los tenues vientos de abril y también las alocadas ráfagas de Marzo, ¡cuántas flores quedarían sin fecundar y cuantos prados sin agua! Por lo tanto, las flores y las hierbas habrían nacido para morir sin una finalidad. El viento empuja a las nubes, y de este modo, riega flores e hierbas; el viento hace que las flores se besen – lleva a las plantas lejanas el beso de las otras, igualmente lejanas – y en su alegre carrera de ramo en ramo, de árbol en árbol, de huerto en huerto, fecunda y hace que esas flores se conviertan en fruto.
También la menuda obediencia a todas las cosas que Dios os presenta a través de los acontecimientos del día, hace lo que el viento con las plantas y las hierbas de los prados y huertas. De vosotros, que sois flores, hace frutos, frutos de vida eterna.

¡Bienaventurados los que, atrapados en el torbellino del Amor y de su amor, cumplen el sacrificio total de sí mismos, los pequeños redentores que me perpetúan y que llegan a la obediencia suprema al beber de mi mismo cáliz de dolor! Más, bienaventurados también los que, aún sin tener el coraje de decirle al torbellino de Amor: “Te amo; heme aquí, tómame”, saben doblarse al viento leve del Amor, del Amor que sabe graduar las fuerzas del hombre, su hijo, y dar a cada uno esa presión determinada que es capaz de soportar.

¡Oh, hijos!, os parece que la prueba es muchas veces superior a vuestra fuerza. Y nunca como ahora os parece que es así. Pero os sucede porque os empecináis, porque sois soberbios y desconfiados. Queréis obrar por vosotros mismos y no os abandonáis en Mí. No soy un verdugo. Soy el que os ama. Soy un Padre bueno. Y si no puedo anular la Justicia, al menos aumento, para compensar, la Misericordia. Y la aumento tanto más, cuando más crece la necesidad de Justicia, debido a la marea de delitos, de blasfemias, de desobediencias a la Ley, que inunda la Tierra.

Naufragáis en esa marea. Naufragáis los inocentes, los casi inocentes, los culpables, los grandes culpables, Más, si para estos últimos, la profundidad del naufragio estará en las profundidades de Satanás (y esto, ya en vida porque, aunque finjan vivir en paz, están destruidos por una conciencia que les acosa y no lo deja en paz), para las dos otras categorías esa profundidad estará en mi Misericordia, está en ella para los que son casi inocentes y está en mi Corazón para los inocentes. Más como Misericordia y Corazón, ya son Cielo, para estos, tras los consuelos que no les niego en la Tierra – como tú sabes - , ya está preparado el Cielo.

También le dije otra cosa a tu espíritu, y tu espíritu no pudo hacérsela escribir a tu carne agotada; te la repito ahora.
En toda esta enseñanza mía, no hay lección o visión que os haya dado sin seguir un diseño educativo mío, que no comprendéis o que comprendéis con atraso y de modo parcial. Si meditarais con la lucidez de la intuición, veríais que las lecciones que os doy por medio de los dictados o las contemplaciones del portavoz, están relacionados siempre con hechos que están a punto de producirse. Lo hago para daros una ayuda sobrenatural. Suponiendo que el mundo no se degrade total y bestialmente, estas páginas harán mucho bien a las almas también en el futuro, porque contienen enseñanzas  de Ciencia eterna; más, para vosotros que vivís en esta hora fatal, son también una guía y consuelo en las horas que estáis viviendo.

También vosotros, como los primeros cristianos de Pablo, “os habéis hecho algo débiles en entender… y aún tenéis necesidad de nuevo, que os enseñen los primeros rudimentos de la palabra de Dios, y estáis obligados a alimentaros con leche y no con un alimento sólido”. Os habéis vuelto niños, pero no lo sois por la inocencia y la ingenuidad, no lo sois por la fe segura, sino por vuestra incapacidad de caminar en la fe y de comprender sus verdades.

¡Habéis retrocedido tanto! Las palabras de la Justicia son solo un sonido que resuena en vuestro oído y, a veces ni siquiera lo percibís. No es para vosotros alimento de Vida. No puede serlo, porque no lo asimiláis. Por vuestra culpable indiferencia, por vuestra culpable simpatía hacia la culpa, vuestro espíritu está atacado de infantilismo y ya no posee ese zumo que lo hace capaz de convertir en propia nutrición el alimento robusto de los adultos en la fe. O no tenéis religión, o tenéis una religión que consiste en una coreografía de formalidades y sentimentalismo.

Más, ¿sabéis qué quiere decir: “Religión”? Quiere decir seguir a Dios y su Ley; no es solo cantar bellos himnos, hacer bellas procesiones o bellas funciones religiosas, concurrir a prédicas elegantes, ser el miembro A o B de una determinada asociación. Todas estas son cosas que estimulan  vuestro sentimiento, y nada más. Religión quiere decir hacer del hombre-animal el hombre semi-Dios. A través de la Religión  es necesario anular la animalidad en sus muy variadas formas, que van de la carne al pensamiento.
¡Abajo la gula!
¡Abajo la lujuria!
¡Fuera la avaricia!
¡Abajo la apatía!
¡Que se mate a la mentira y a la soberbia!

Sed castos, caritativos, humildes, honestos; en fin, sed como Dios quiere y como Yo os he enseñado a ser. Entonces seréis adultos en la religión, en la fe; seréis hombres verdaderamente formados que “tenéis aleccionadas vuestras facultades al discernimiento del bien y del mal por la práctica”.

Por este motivo, dejo de lado las enseñanzas elementales y vengo a instruiros sobre lo más perfecto, porque quiero llevaros a ese nivel.
Seréis pocos. Se tratará solo de los que tienen sed de justicia, sed de Verdad, sed de Saber. Más a estos, mis bienaventurados, les doy un pan que les ayuda a gustar cada vez más el otro Pan, que soy Yo Eucaristía. También en mi vida pública hice preceder el Pan de la Palabra al Pan del Sacramento, pues Aquel siempre debe preparar para Este. La iglesia docente existe para eso, para perpetuar mi ministerio de Maestro y haceros capaces de extraer del Sacramento el máximo poder vital.

Más ¡Ay de quienes, tras haber sido iluminados, prefieren volver a las tinieblas! ¡Ay de los que, tras haber saboreado el alimento celestial, prefieren los bocados de Satanás! ¡Ay de los que, luego que el Espíritu Santo les dio la conciencia de la Verdad, volvieron a ser brutos, deshonrándose a sí mismos! No es posible que tras haber precipitado, vuelvan por penitencia.

Pues, si es verdad que Yo concedo abundantemente mi perdón a la debilidad del hombre, soy inexorable con quien quiere permanecer en el Mal, tras haber elegido el Mal, espontáneamente, como propio rey.

Y vosotros, a quienes hago gustar la dulzura de la palabra de Dios, que se difunde nuevamente para hacer frente a la excesiva mudez sacerdotal, a la excesiva ceniza tibia, cuando tendría que ser fuego vivo, que se difunde para neutralizar en mis noveles discípulos el veneno de Satanás, que circula por la Tierra; vosotros, por quien levanto los velos que ocultan los secretos de mi jornada humana y los misterios del siglo futuro, vosotros, sed dignos de tal don. Convertíos en espigas lozanas y no en árida paja, lista para el fuego. Seréis espigas para el trigo eterno. Renaceréis en el Cielo.

¡Oh, la alegría de estar fuera del mundo, la alegría de estar donde está Dios! Cuando exhalé mi Espíritu y pude volver a ver al Padre, experimenté una beatitud como no la había experimentado nunca en toda la eternidad. Y aún perdura porque ahora sé que quiere decir estar separado del Cielo, estar separado de Dios. Sufrí en Mí todas las experiencias para poder defenderos ante el Altísimo. Más en verdad os digo que mi misma bienaventuranza será la vuestra cuando estéis aquí, fuera del exilio, conmigo, junto al Padre, en la Patria del Amor.

¡Oh, hijos, estaréis en la Patria del Amor, allí donde no hay más odio ni delitos, donde no hay más llanto y terror”.












domingo, 26 de noviembre de 2017

LA FALTA DE CONFIANZA EN DIOS, FRUTO DE LA SOBERBIA, ES LA CAUSANTE DE TODAS LAS DESGRACIAS DE LA HUMANIDAD.





ESTAMOS EN ESTE MUNDO PARA  SER EXAMINADOS ESCUPULOSAMENTE
PARA VER SI SOMOS MERECEDORES DE SER
HIJOS Y HEREDEROS DE DIOS


Dios ha creado al hombre en el jardín del Edén, y él y su descendencia hubieran permanecido felices como los niños inocentes, que encuentran su alegría en la contemplación de todo lo creado, no odiando, ni guardando rencor a nadie, e ignorando la maldad. Pero el hombre ha desobedecido y quiso probar la droga ofrecida por Satanás para ser igual a Dios. Y conoció el pecado, que es dulce al paladar, pero amargo al espíritu, ya que se hace esclavo de él, y se olvida de Dios, perdiendo su filiación divina. Por eso dijo Jesús que el que siga sus mandamientos será libre, lo que escandalizó a los Fariseos, que se tomaban por los santos de Yahvé, Jesús les dijo entonces que los que se entregan a todos los apetitos del mundo, son esclavos del pecado. San Juan de la Cruz explica que satisfacer sus apetitos, es echar cada vez más leña al fuego, y aún peor ya que el fuego se apaga cuando no lo alimentan, mientras que el deseo crece más y más cuando no se le da lo que desea, es lo que ocurre con todos los vicios, como la Lujuria, la Soberbia, el alcohol y las drogas.

Al abandonar la Ley, la Gracia de Dios disminuye en él y el hombre pierde su inocencia primitiva. Poco a poco, se opera una transformación en el alma del hombre, y el ser creado por Dios perfecto y hermoso, degenera y se transforma en un ser imperfecto y feo. Es lo que le ocurrió a Lucifer que se transformó de Arcángel hermoso y admirado, en un demonio horrendo y despreciable.

De los Cuadernos de María Valtorta
(11-12-1.943)

Dice Jesús:
“Cuando el Creador creó la Tierra. La sacó de la nada uniendo el gas del éter ya creado y convertido en firmamento, en una masa que rotando, se solidificó como una avalancha meteórica que crecía cada vez más alrededor de un núcleo primitivo.
También vuestra negación (llamo negación a la Ciencia que quiere dar explicaciones negando a Dios) admite la fuerza centrípeta que permite a un cuerpo rotar sin perder parte de sí, sino al contrario, atrayendo todas las partes hacia su centro. Tenéis las máquinas, que aunque sean grandiosas, repiten de manera microscópica la potencia centrípeta creada por Dios para crear los mundos y obligarles a girar alrededor del sol, eje fijo, sin precipitar fuera de las vías celestes señaladas para ellos, turbando el orden creador y provocando cataclismos de una destrucción incalculable.

La Tierra, creándose así en su carrera de proyectil nebular que se solidifica atravesando los espacios, por fuerza tuvo que raptar de estos, emanaciones y elementos procedentes de otras fuentes, los cuales y las cuales han permanecido encerrados en ella bajo forma de fuegos volcánicos, azufre, aguas y distintos minerales, que afloran a su superficie testimoniando su existencia y los misterios, que con toda vuestra ciencia, no lográis explicar con su exacta verdad, de la Tierra, planeta creado por Dios, mi Padre.
¡Cuántas fuerzas buenas ignoráis aún vosotros que sois maestros en descubrir y utilizar las fuerzas malvadas! Estas últimas, las pedís al Mal, y él os las enseña para convertiros en sus torturadores y torturadores de vuestros semejantes en su nombre y a su servicio. Pero no pedís al Bien las fuerzas buenas, que os enseñaría paternalmente como enseñó a los primeros hombres, que también eran culpables y estaban condenados por Él, los medios de existencia terrena y los modos para usarlos.

Hay fuentes benéficas y jugos saludables que ignoráis aún y que os sería muy útil conocer. Y no solo: hay algunos que conocéis pero que no queréis utilizar, prefiriendo otros, verdaderas drogas de infierno, que os destrozan el alma y el cuerpo.

¿Cesan por eso acaso de existir, esas fuentes, cuyas gotas son sales disueltas, arrebatadas a los minerales encerrados en el seno de vuestro planeta y que afloran por estratos y venas del suelo hasta  la superficie, glaciales o hirviendo, insípidas, incoloras, inodoras, o con sabor, color, olor sensible para vuestros sentidos? No. Estas continúan creándose, como la sangre de vuestro cuerpo, en el interior de la Tierra, por un proceso de asimilación y de transformación continua, como la del alimento que se hace sangre en vuestro organismo, nutriendo los tejidos y las médulas, los órganos y las células, que después son productoras de la sangre. Continúan rezumando así como el sudor que sigue apareciendo a través de los tejidos. Ellas obedecen. Cuando eso dejara de producirse, se producirán explosiones terrestres y la Tierra, como una caldera sin orificios, explotaría causándoos la muerte.
María, Yo quiero que tú seas como una de esas fuentes.
Yo te nutro por un proceso de asimilación conmigo, querido por mi Bondad. Pero tú, sin preocuparte de si los enfermos de espíritu vienen o no a ti, para beber lo que brota, que es mi Palabra, debes seguir con tu misión de fuente, que se colma y se deja sacar agua, y si no sacan agua aquéllos para los que se ofreció especialmente y que deberían hacerlo, más porque no la consideran saludable y santa, se desborda, y se benefician solo aquellos que casualmente entran en contacto con ella.

Yo alimentaré siempre en ti la fuente de mi Palabra. Me basta con que me des amor, humildad, voluntad, espíritu de sacrificio, pero si tienes el amor, lo tienes todo, porque este es el genera a todas las virtudes.

El que ama es humilde con el Amado en que ve toda la Perfección. Quien ama es solícito para satisfacer el Amado. Quien ama no siente repugnancia ante el sacrificio, si este sacrificio puede servir al Amado. Esto vale también para los valores humanos. Se centuplica cuando el Amor es sobrehumano.

Y tú que ya conoces el fruto de la humildad y del sacrificio, dos potentes imanes que me atraen con todos mis dones espirituales, aumenta hasta la anulación y hasta el delirio la humildad y el sacrificio.

¡Vivan las víctimas enloquecidas por el divino Amor, arrebatadas en él, los vencedores del mundo que lo ponen bajo sus pies, y los conquistadores de Dios, de Cristo, Víctima suprema!


ORACIÓN DE LA VIRGEN AL VERBO

¡Oh santa Palabra! Don entregado a los predilectos de Dios, vestidura de fuego que ciñes de esplendores, vida que te haces Vida de aquellos a quienes te das, que Tú seas cada vez más amada con ardor y humildad.
Obra en estos hijos tuyos y de María, a los que ella tomó por suyos al pie de la Cruz para consuelo de su Corazón de Madre a la que le mataron su Hijo adorado, y para gloria de tu divino Corazón ¡oh, Palabra santísima de mi Dios y Señor!
Condúcelos hasta tu Corazón y hasta el Corazón Inmaculado de tu Madre, en el que Tú dormiste de Niño y te posaste después de muerto, en el que aún quedan gotitas de tu Sangre y de su llanto materno, para que, a su contacto, desaparezca cuanto les queda de humano y, resplandecientes con tu Luz, entren contigo en la Ciudad en la que todo es eterna perfección y donde Tú reinas y reinarás, Hijo santo de Dios, encarnada Palabra del Padre.





sábado, 25 de noviembre de 2017

MUCHA GENTE, COMO ESAÚ, HA VENDIDO SU PRIMOGENITURA POR UN PLATO DE LENTEJAS, ES LO QUE HACEN HOY DÍA LOS QUE SE HAN APARTADO DE LA LEY DE JESÚS.


Gracias, Señor por tanto Amor
para tus hijos.






Dice San Juan de la Cruz que, cuando Dios en la contemplación mística, visita el alma, a esta le parece que Dios no tiene otra cosa que hacer que ocuparse de ella, y que la trata con una deferencia y un Amor tan grandes, como si ella fuera la única Criatura de la Creación.

También dice que, por habernos creado, le debemos profundo agradecimiento, y por habernos redimido, le debemos amor eterno.

¿Cómo puede ser posible que Jesús, que ha entregado todo lo que tenía en la Tierra, que no es su Reino, incluso su propia Vida, de una manera completamente desinteresada, pidiendo solo nuestro amor, para darnos las riquezas inconmensurables y eternas del Cielo, tenga menos seguidores que Satanás, que no ha entregado ni un solo pelo de su rabo, de una manera completamente interesada, para que seamos sus esclavos en esta Tierra y desgraciados por toda la eternidad?

¡Para colmo, amando a Jesús, y siguiendo sus mandamientos, somos mucho más felices en esta Tierra que los seguidores de Satanás, ya que en este mundo, ellos nunca podrán tener una satisfacción plena, porque todo es un espejismo, estando este mundo y todos los hombres en continua agonía. Porque estamos todos subidos en un tren que no para y que nos conduce a la muerte del cuerpo, ya que más tarde o más temprano todo morirá. Los que hemos seguido a Jesús resucitaremos con Él. Los otros se hundirán en el Abismo con su siniestro amo.

Esto me recuerda la famosa historia del que telefoneó por error a una funeraria, preguntando si había llegado cierta persona, le contestaron que todavía no, pero que no se preocupara, que tarde o temprano, es seguro que vendría.





martes, 21 de noviembre de 2017

COMENTARIOS SOBRE LAS PALABRAS DEL PROFETA BARUC, DENUNCIANDO LA RELAJACIÓN MORAL Y EL OLVIDO DE DIOS, PALABRAS MÁS ACTUALES QUE NUNCA.



El Evangelio, que es Palabra de Dios, y el ejemplo del sublime Redentor
han predicado a  la Ley de una manera inequivoca, hoy día muchos
se esfuerzan en tratar de reinterpretarla.



Profeta Baruc 1, 15-22.


Ustedes dirán: Al Señor, nuestro Dios, pertenece la justicia; a nosotros, en cambio, la vergüenza reflejada en el rostro, como sucede en el día de hoy; vergüenza para los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén, para nuestros reyes y nuestros jefes, para nuestros sacerdotes, nuestros profetas y nuestros padres.
Porque hemos pecado contra el Señor, le hemos sido infieles y no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, que nos mandaba seguir los preceptos que él puso delante de nosotros.
Nosotros decimos hoy: a Jesús, nuestro Dios que murió, padeció, sufrió rechazo y fue crucificado, pertenece a la Justicia que se verá reflejada en el Juicio final; ya que gracias a su Misericordia, en este mundo nos muestra su bondad, para así tratar de cambiar la conducta de los que se han apartado de la Ley. 
Sin embargo, esta bondad y amor de Dios hacia la humanidad, no está dando sus frutos, ya que del tiempo del Profeta Baruc, la gente, los reyes y los sacerdotes se avergonzaban de sus pecados, y ahora cunde el relativismo y el supuesto racionalismo, que ha puesto en plan de igualdad al pecado y a la Virtud, es decir a Dios y Satanás, haciendo suya la mentalidad de Lucifer que se quiere poner a la altura de Dios.

Desgraciadamente ese amor de Jesús a la humanidad, no ha sido correspondido par la gran mayoría de la gente,  hace 50 años, todos los pecados como el aborto, la drogadicción, el divorcio, las relaciones homosexuales, el abandono del sacerdocio, estaban mal vistos por la Sociedad, que se avergonzaba de estos hechos. Satanás ha conseguido darle la vuelta a este estado de cosas: su táctica es siempre la misma, como lo explica San Juan de la Cruz, empieza proclamando una gran verdad, ya que sabe que el mal conocido nunca será admitido, y como la aguja que penetra en la tela introduce después el hilo de la mentira. Dios es amor, y todos somos hijos suyos, es la aguja de la verdad, que ha permitido introducir el hilo de la mentira: todo es relativo, el pecado si existe, es una cosa natural ya que Dios no lo castiga, transformando así a Dios en un ser tolerante e indiferente ante el vicio y el pecado, por consiguiente, como dijo el Arzobispo presidente de la conferencia episcopal alemana, Dios no ha venido a redimirnos, ¡Pero ha venido para enseñarnos como nos tenemos que comportar ante el sufrimiento! 

"¡Os tenemos que pedir perdón, porque nosotros los curas hemos inventado el Infierno!", como oímos mi mujer y yo mismo en una misa de Navidad concelebrada y repleta de gente en el centro de Granada, de la boca del celebrante, que subió el niño Jesús al altar debajo del brazo como si fuera una maleta. Siempre he pensado que si en el público asistente a la Misa, alguien estuviese hundido en el pecado mortal, nunca se levantaría si Dios no lo remediara. En ese caso, la responsabilidad sería de ese sacerdote. 

como nos afirmó impasible el Señor Arzobispo: "El Infierno está vacío, porque todos somos hijos suyos, y Dios no puede mandar a sus hijos al Infierno eterno"(sic), citándole la parábola del rico Epulón y del Pobre Lázaro, me dijo que eso eran interpretaciones mías, me quedé tan sorprendido, que se me olvidó decirle, que eso era también la interpretación de todos los grandes santos, también me dijo que no quería saber nada de exorcismos, ya que eso era meter miedo a la gente.

Lo mismo me dijo cierto Párroco de un pueblo, afirmándome que era experto en psicología, y que todos los efectos que se producen en los exorcismos ¡Son debidos al efecto placebo! Se ve claramente, que ese pobre sacerdote nunca asistió a ningún exorcismo, y me vienen a la mente todos los numerosos exorcismos en donde estuve ayudando al padre Fortea, en Nuestra Señora de Zulema (Alcalá de Henares). 

Sigue el Profeta Baruc

Desde el día en que el Señor hizo salir a nuestros padres del país de Egipto, hasta el día de hoy, hemos sido infieles al Señor, nuestro Dios, y no nos hemos preocupado por escuchar su voz.
Por eso han caído sobre nosotros tantas calamidades, así como también la maldición que el Señor profirió por medio de Moisés, tu servidor, el día en que hizo salir a nuestros padres del país de Egipto, para darnos una tierra que mana leche y miel. Esto es lo que nos sucede en el día de hoy.
Nosotros no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, conforme a todas las palabras de los profetas que él nos envió.
Cada uno se dejó llevar por los caprichos de su corazón perverso, sirviendo a otros dioses y haciendo el mal a los ojos del Señor, nuestro Dios.
Con estas palabras del Profeta, queda perfectamente descrita la mentalidad de muchos de los miembros de la Iglesia de Dios, ya que si antiguamente los Profetas eran los que denunciaban a los responsables sus errores y Dios les avisaba cuando se apartaban del camino, ahora esa misión la han realizado los grandes Santos y Doctores de la Iglesia, como San Juan de la Cruz, el Santo Cura de Ars, y más recientemente el Padre Pío de Pietrelcina, y tantos santos ocultos, como son todas las personas que han conservado su fe, heredada de sus antepasados, y llevan una vida ejemplar, que no tiene absolutamente nada que ver con la mentalidad de tantos teólogos y sacerdotes, que están predicando con sus palabras y su ejemplo, una doctrina perversa.








lunes, 20 de noviembre de 2017

JESÚS HA FIRMADO CON SU SANGRE EL PACTO DE LA ALIANZA ENTRE DIOS Y TODA LA HUMANIDAD


DIOS PADRE NOS HA ENTREGADO A SU BIEN MÁS
PRECIADO QUE ES SU ÚNICO HIJO JESÚS.

Dios Padre da una sublime y dura reprimenda a toda la Humanidad porque no ha sabido corresponder a todos los sufrimientos físicos y sobre todo morales que Jesús ha padecido en la Tierra. Según lo que afirmó Jesús en sus dictados, es seguro que hay millones de mundos habitados con seres mejores que el nuestro,  que solo podremos contemplar en el Cielo con la visión intelectual de Dios.

Parece ser que en esos mundos no ha habido pecado original, lo que trajo en la Tierra desgracias que hemos padecido, padecemos y seguiremos padeciendo hasta el fin del mundo. Y por esa razón los seres extraterrestres, están en contacto con Dios como está relatado en el Génesis, y no conocerán la muerte, ya que ascenderán al Cielo como la Stma Virgen María y por eso tienen que conocer la calamidad que tenemos en nuestra Tierra, y el sacrificio de Jesús, que ha sido muy poco provechoso para la mayoría que no quiere seguir los mandamientos de Dios, lo que trae todas las guerras, las enfermedades, y rebeliones de la naturaleza.

En este dictado de Dios Padre, parece deducirse que los otros mundos están enterados de que la Tierra es un lugar en donde el Hijo de Dios ha tenido que sufrir, sufre, y sufrirá hasta el final cuando por fin vencerá definitivamente a Satanás, ya que se habrá cumplido el número de los redimidos, y la venida del Anticristo obligará a Dios a destruir la Tierra, creando Dios un mundo nuevo, en donde el mar que simboliza la mentira, no existirá ya, como dice el Apocalipsis.



DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
(Dictado del 24-11-1.943)

Isaías 41-42-43
Dice Jesús: (al final dice Mª Valtorta que es Dios Padre)

“Ante un Dios que encarna parte de Sí mismo para salvar a sus criaturas culpables, el Universo se asombra de estupor y se postra en un silencio adorante antes de explotar en el cántico de las esferas y de los mundos, jubilantes por la perfección que desciende a llevar el Amor al planeta cubierto de pecado.
El Vencedor, mi Hijo Santo ha venido para acosar las fuerzas del mal, para hacerlas huir y a traer el pacto de la alianza y la Paz entre el hombre y Dios.
Él pasa aún entre vosotros, y no deja más huella que la de su Amor, huella que solo los puros y honestos del corazón reconocen y siguen porque la Paz atrae a los pacíficos, la Misericordia a los buenos, la Justicia a los justos, la Pureza a los puros. Él viene de nuevo, os coge de la mano y os dice: “No temáis porque he venido en vuestra ayuda”.

En todas vuestras necesidades, en todas vuestras penas, en todas vuestras desventuras, ¿por qué desconfiáis? Tenéis entre vosotros Aquel cuyo deseo el Padre no puede no puede rechazar, porque mi Hijo ha superado todos mis deseos y le debo justa recompensa.
Si pensarais, oh cristianos, hijos de mi Hijo, que os ha generado a la Gracia con su sacrificio de Hombre y de Dios, si supierais a que destino os ha elevado, deberíais no digo adorarme y amarme toda la vida, sino adorarme y amarme cien o más vidas, si se os concediera vivir más vidas. Amadme por lo tanto con un gran amor, y amad con igual medida a mi Verbo que ha venido para daros la Vida.

Aunque estuvierais muertos, volveríais a vivir si creyerais en Él; aunque fuerais tierra árida y sin vegetación, os cubriríais de verdor y de frescas aguas, porque donde pasa y permanece mi Hijo santo ahí, fluye a caudales la gracia del señor y florece el lirio y la rosa, crecen palmas y olivos y, más altas que el cedro, las virtudes en el corazón del hombre.

Cuando veáis que de la Tierra corrompida surge un santo como flor de un montón de paja podrida, cuando de una nada de hombre veáis surgir un atleta de Cristo, y brillar una luz allí donde estaban las tinieblas, y sonar una voz en donde antes había silencio, e iluminar e instruir en el nombre de Dios, alzad la mirada y el alma en busca de la potencia creadora del prodigio: la Mía, que así como del lodo he sacado al hombre, así del hombre puedo extraer el santo, el portador de Dios, el tabernáculo de Dios, el arca santa sobre la que mi Gloria se reposa y desde la que mi Sabiduría habla a los espíritus.
No temáis acercaros a Nosotros que os amamos. No separéis nuestra Unidad amando Uno y no a los Otros. Nosotros nos amamos y estamos unidos por el Amor. Haced lo mismo.
El Hijo no puede haceros descuidar el Padre. Él no lo hace. Él os enseña a amarme y por sus labios santos ha hecho surgir la oración perfecta al padre de los Cielos. El hijo no puede haceros descuidar al Espíritu Santo. Él no lo hace. Como en los umbrales de la predicación, os enseña a rezarme a Mí, Padre Santo, así, en los umbrales de la Pasión os enseña a amar el Paráclito  que será el Iluminador de la Verdad enseñada.

Sin el padre, no habríais tenido al hijo, y sin el Hijo, no podríais haber recibido el Espíritu. Sin el Espíritu no podríais comprender la Palabra y sin comprender la Palabra no podríais seguir, como justos, sus dictámenes y conquistar la posesión del Padre.

Como elipsis de Luz, las causas y los efectos van desde Dios: polo superior, a vosotros: polo inferior, y desde vosotros vuelven a subir a Dios. No podéis romper la parábola mística. No se parte la Unidad. Si se parte, con un amor deforme, ya no podéis volver a subir a la Perfección sin peligro, porque, con vuestro desorden, turbáis la estela de Caridad que arrastra consigo, como red divina, los espíritus de quien han comprendido lo que es Dios y no aman a Dios, Espíritu perfecto, más que con un amor del que está excluido lo humano.

No escuchéis falsas voces que os dicen una Doctrina distinta a la que ha traído el Hijo. ¿Y cómo pueden estos pregoneros de “verbos nuevos” decir palabras de Vida, si la Vida no está en ellos, si son más falsos que las imágenes de los falsos dioses? No os hagáis dioses de ellos, es abominable hacer creer tales doctrinas, y abominable creerlo. Uno solo es Dios: Yo y aquel que he mandado, que se encarnó por Amor. Los demás son solo inicuos vendidos a Satanás y vendedores de vosotros a la serpiente maldita.

Mirad el santo Hijo mío, a mi Cristo obediente como Siervo. Él el eterno igual que Yo, por Amor al Padre. Él es quien ha quitado la amargura a mi seno y ha reunido a los hijos que se habían separado de Mí. Mi Espíritu está en Él, porque Yo soy uno con Él que se hace ministro del Pensamiento del Padre. Comparadlo con vuestros mentirosos “mesías” y ved cuan dulce y perfecto es mi Hijo, el Esperado por las gentes, el Salvador del mundo.

En Él, pleno de toda Virtud, llevada a la perfección, residen la Justicia y la Misericordia, pero porque es manso y santo, no impone, no amenaza, no oprime. El Primogénito de todos vosotros, el Consagrado para siempre al Señor, habla con la voz de su amor, enseña con el ejemplo y redime con su sacrificio. Es como agua tibia que desciende de los cielos en abril para limpiar y reavivar flores y terreno, y llevar la vida allí donde los temporales arrancaron las frondas. Es como Luz que desciende para mostrar el camino, y es tan plácida que no os percatáis de ella, solo cuando la habéis perdido. Es como voz que llama para conducir a la Verdad, y no tiene duras palabras hacia las miserias del hombre.

Ha dejado el abrazo del Padre para hacerse embajador de mi Ley ante vosotros, y se ha inmolado a Sí mismo a una vida oscura y una trágica muerte, a fin de que fuera puesto un sello que ninguna fuerza puede quitar, el pacto de alianza entre la Humanidad y Dios: Su Sangre que está como espléndida firma al pie del tratado de perdón.

Ha utilizado su indestructible fuerza de Dios, no anulada por su nuevo aspecto de hombre, no para reinar sino para haceros reinar  sobre el mal, sobre las enfermedades, sobre la muerte. Ha utilizado su sabiduría no para aplastaros sino para elevaros. Ha hecho de Sí mismo, moneda de rescate, camino, puente para haceros superar los obstáculos que os cerraban el Cielo y conseguiros el Cielo.
Y Yo he tenido que hacer pesar sobre Él, el inocente, la mano, porque eran infinitas vuestras culpas pasadas, presentes y futuras, e infinito debía ser el sacrificio para anularlas. ¿Podéis medir esa masa de sacrificio? No, no lo podéis. Solo Yo, que soy Dios, puedo conocerla. Solo Yo conozco los sufrimientos de mi Divina Criatura.

No miréis el suplicio material que duró pocas horas. El Verbo no sufrió solo en aquel momento. Por los siglos de los siglos, se ha mezclado la indescriptible riada de angustia de su dolor en su beatitud de Dios. Dolor por las ofensas a su Padre amadísimo, dolor por los desprecios a la Luz del Paráclito, dolor por las ofensas al Verbo dado inútilmente a las gentes, dolor por las culpas futuras que habrían posado sus asquerosos pies por la santidad de su Yo santísimo, dolor por la inutilidad de su Sacrificio para una buena parte de los vivientes.

No miréis solo los flagelos, las espinas, los clavos con que fue martirizada la Carne por los ciegos de entonces. Mirad los tormentos espirituales que dais a mi Santo, con vuestras resistencias a su suplicar.
¿Quiénes son más sordos y ciegos que vosotros? Vosotros no tenéis rotos los tímpanos y las pupilas, sino roto el espíritu, por lo que la ley sublime que mi Hijo vino a traeros, y que aún os trae, no penetra en vosotros o si penetra, sale enseguida como una criba desfondada.
Por lo que, como fruto de vuestra deformidad espiritual de la que sois autores voluntarios, tenéis las guerras atroces en las cuales, además de la vida y las propiedades, cada vez más perdéis el Amor y por eso perdéis cada vez más a Dios.

Pero no todos vosotros sois leprosos y endemoniados. Entre vosotros, raros como perlas en el seno de las ostras están los fieles de mi Hijo y Míos, a ellos digo: “Permaneced fieles a Nosotros y Yo os juro que estaré con vosotros. Sed los pregoneros de mi Verbo y los testigos de nuestra Justicia, de nuestra Misericordia, de nuestra Santidad. En esta vida nos tendréis cercanos y en la otra estaréis cerca de Nosotros y veréis las obras de la Divinidad. Cuando Aquél a quien he deferido todo juicio venga a dividir la mies de la cizaña y a bendecir los corderos, maldiciendo las áspides y los carneros, vosotros estaréis a su alrededor, ruedas de luz festiva alrededor de la tremenda y real Luz de la Divinidad encarnada. Vosotros seréis el nuevo pueblo de Dios, el pueblo eterno sobre el que reinará mi bendito y santísimo Hijo, y anunciaréis las alabanzas a las estrellas y a los planetas, porque todo lo que ha sido hecho, fue hecho para hacer trono a la Víctima, al Héroe, al Santo sobre quien no hay mancha y sobre quien se posa la complacencia del Padre, y a quien los astros y planetas deben, en la hora de su triunfo, hacer una alfombra de piedras preciosas para el Rey del mundo, que pasa seguido por su cortejo de Santos para entrar en la Jerusalén eterna, cuando hayan finalizado las vicisitudes de la creación con la destrucción de la Tierra y el Juicio de las Gentes”.

Al principio de este dictado he escrito. “Dice Jesús”. Pero, como usted ve, quien aquí habla es el Padre Santísimo, celebrando al Hijo.







jueves, 16 de noviembre de 2017

SOLO DIOS TIENE EL DERECHO DE REVELARNOS LOS PODEROSOS MISTERIOS DE ULTRATUMBA, NOSOTROS SOMOS SOLO LOS HUÉSPEDES DE ESTA POBRE TIERRA







Las potencias del alma nunca se podrán llenar con
conocimientos que no sean la Palabra de Dios.



Hoy día está creciendo cada vez más el número de personas que se quieren asomar al mundo desconocido de ultratumba, lo que representa un peligro, ya que la adivinación y el conocimiento de todos esos misterios, es un campo vedado para los vivientes.

En este dictado de Jesús a María Valtorta, está muy bien aclarado, lo que dice el Eclesiástico: muchas almas se pierden por tratar de escrutar lo que excede sus fuerzas. Y si Dios en su infinita Sabiduría y bondad, no quiere que nos adentremos en ese conocimiento, es porque sabe que es un peligro para nuestra salvación. Por esa razón los que se entrometen en este mundo, al no tener la ayuda de Dios, terminarán siempre engañados porque tendrán que lidiar con fuerzas ocultas que los sobrepasan.
Es el caso de los espiritistas, de los que creen en la reencarnación y los que dicen leer el porvenir consultando los diversos augurios, como son los horóscopos, las líneas de las manos, los posos de café, o las cartas del tarot.



DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
(11 de septiembre de 1941)


Dice Jesús:
“Muchas almas se pierden por querer buscar lo que les sobrepasa, y tratar de escrutar lo que excede sus fuerzas” como dice el Eclesiástico: Cap. 3. v. 22.
Es el antiguo veneno. El hombre siempre ha tenido, y tiene, curiosidades malsanas y profanaciones sacrílegas. Quiere impulsar su investigación a regiones que la sabiduría divina tiene envueltas en el misterio, no por celoso poder, sino por amor providente. ¡Ay si el hombre lo conociera todo del futuro y de los secretos del universo! Ya no tendríais paz espiritual ni paz natural. Dejad el futuro a Dios, creador y dispensador del tiempo, y dejad vírgenes las zonas del universo cuya posesión os daría armas para turbar cada vez más vuestra existencia de individuos y de espíritus.

Yo he dicho que no soy contrario a las obras de la inteligencia humana. Si lo fuese debería decir que soy incoherente conmigo mismo que he dado al hombre la inteligencia para que la use y no para que la mantenga inerte. Pero, por boca de la Sabiduría, os digo: No queráis ser escudriñadores de las obras de Dios, no tratéis de ir más allá de los confines que Yo he puesto para separar vuestra potencia de  potencias más fuertes que la vuestra, de leyes del cosmos, de secretos de fuerzas naturales, y sobre todo de los misterios de ultratumba cuya verdad y cuya vida sólo Yo tengo el derecho de desvelaros, porque soy el Señor de todas las cosas, mientras que vosotros sólo sois los huéspedes de esta pobre Tierra y no sabéis lo que os está reservado más allá de la vida de la Tierra.

Creed en la otra vida: Basta con creer en esto. Creed que en ella existe un premio y un castigo, fruto de una Justicia santa, que espera ser aplicado a cada individuo. Esto lo he hecho conocer por vuestro bien. No hace falta que sepáis más.

No turbéis, con vuestras chismosas curiosidades, la paz sobrenatural de la otra vida. Aunque sea hacia los atormentados, o sea hacia aquellos que no tengan paz porque están separados de Mí, vuestra investigación trae siempre un aumento de turbación. ¿Por qué turbar con ecos de la  Tierra la serenidad de los cielos? ¿Por qué aumentar el tormento de los castigados con voces que les recuerdan el mundo en el que merecieron el castigo? Tened respeto de los primeros y piedad de los segundos.

Solo Yo, Señor del Cielo y de la Tierra, árbitro supremo de todas las cosas, Potencia perfecta de todas las cosas, puedo tomar tales iniciativas  y reanudar contactos del hombre con el misterio de la otra vida. Solo Yo. Entonces es cuando os mando mis mensajeros, y siempre para un buen fin, nunca para someterme a necias y profanadoras  investigaciones  humanas.

Bienaventurados los que creen sin haber visto, dije a Tomás y lo digo de nuevo a todos los curiosos y a los incrédulos de la Tierra. No hay necesidad de pruebas para creer en la segunda vida, que – entretanto sabedlo – no es como vosotros suponéis arbitrariamente, sino como Yo he dicho: una segunda vida, una, no más y más vidas. Sois hombres y no granos de trigo, que sembrados de nuevo germinan, una, dos, diez, cien veces cuando se vuelven a sembrar.






martes, 14 de noviembre de 2017

MUCHOS VERDADEROS SANTOS SON COMO LO DICE JESÚS GENTE HUMILDE Y DESCONOCIDOS DEL MUNDO, QUE HAN VIVIDO SIN ENVIDIAR NI ODIAR A NADIE.


LA SAGRADA FAMILIA ES EL EJEMPLO MÁS GRANDE
DE SANTIDAD, ERAN POBRES, HUMILDES
Y SERVIDORES DE LA HUMANIDAD


Extraordinarias palabras de Jesús que describe donde se encuentra la verdadera santidad, que es contraria a la de este mundo en donde se concibe con la inteligencia, los conocimientos escolásticos, la belleza física, el don de palabra y de cortesía muchas veces hipócrita, y siempre interesada y egoísta porque no viene de Dios.
Es lo que personalmente siempre pensé, que habrá una multitud innombrable de Santos, no canonizados por la Iglesia ni proclamados bienaventurados, personas de nuestra religión y de otras, que habrán sido hijos, padres, trabajadores humildes y cumplidores de su deber, proclamado por las Leyes de Dios, si viven en un País cristiano, o que siguen la voz de su conciencia, puesta por Él. Gente humilde, muchas veces despreciadas y explotadas por los poderosos, que no envidian ni odian a nadie y no engañan ni perjudican a su prójimo. Son gente a menudo materialmente pobres, que son mucho más caritativos que los ricos y viven a pesar de su pobreza mucho más felices que muchos multimillonarios. 



DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
 (5 de agosto de 1943 en plena guerra mundial)

Dice Jesús:

“Esta ira de las naciones es el signo precursor de mi ira, porque así debe suceder. Hora penosa, pobres hijos míos que la padecéis, pero es inevitable que exista porque todo debe estar cumplido, de Bien y Mal, sobre la Tierra antes de que llegue mi hora. Entonces diré: “Basta” y vendré como Juez y Rey para asumir también el reino de la Tierra y juzgar los pecados y los méritos de los hombres.

Cuando leéis en el libro de Juan las palabras: “la hora de juzgar a los muertos” pensáis que se refiere a los que, incluso desde hace siglos, han cruzado a otras esferas del misterio que será conocido solo cuando uno será introducido. Sí. Muerte quiere decir transmigración del alma a otras zonas distintas de la Tierra. Pero hay un sentido más amplio en la palabra de Juan: los muertos de que habla pueden estar incluso vivos, según la carne, pero en verdad, ser a los ojos de quien ve, Muertos.

Son los grandes muertos porque no habrá ninguna resurrección para ellos. Muertos a Dios, no tendrán nunca más, para siempre el bien de poseer la Vida, es decir a Dios, ya que Dios es Vida eterna.
Igualmente, con sentido más amplio del que deben suscitar las simples palabras, los profetas, los siervos, los santos de que habla Juan, simbolizan bajo esas tres denominaciones, a todas las criaturas que han sabido vivir en el espíritu.

Cuántas humildes viejecitas, cuántos pobres niños, cuántos sencillos e incultos hombres, cuántas mujeres analfabetas, desconocidas por la muchedumbre, están escondidas y comprendidas en las palabras: profetas, siervos, santos. De señalarlas al mundo, este reiría. Pero en verdad, en verdad os digo que es más profeta, siervo y santo mío, uno de estos pobres, según la carne, que un docto soberbio, un gran presuntuoso, un mismo ministro mío, en los que falte aquello que os hace santos a mis ojos: saber vivir según mi Palabra y saber hacer mi Voluntad con fe, con caridad, con esperanza constantes.

Mi sonrisa a mis bienaventurados en la hora de mi venida como Rey y Juez encenderá un sol siete veces mayor que el sol común y resplandecerán mis cielos de él, mientras los coros angélicos cantarán mis alabanzas y las de mis siervos que tendrán en aquella hora proclamada por Mí, contra el mundo mudo y ciego, sus virtudes que los hacen hijos míos.

Pero para los que no son tales, y especialmente para los que con sus actuaciones han llevado su perdición a la Tierra y a los débiles de la Tierra, mi mirada será fulgor que precipita en el abismo, ya que es inevitable que exista el Mal, pero malditos para siempre los que se hacen siervos y administradores del Mal”.

(Este es el comentario a los versículos 17-18 del capítulo 11º del Apocalipsis, como me lo comenta Jesús.)




lunes, 13 de noviembre de 2017

JESÚS EL PRIMOGÉNITO SEGÚN EL ORDEN DIVINO Y EL PRIMOGÉNITO DE LOS MUERTOS, VENDRÁ CON SU CUERPO GLORIFICADO A DERROTAR DEFINITIVAMENTE A SATANÁS.



EL PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ALEMANA
QUE DIJO QUE JESÚS NO HA VENIDO A REDIMIRNOS,
SINO PARA APRENDERNOS A MORIR







En vista de la Crisis actual de fe en la Santa Iglesia Católica la única fundada por Cristo, Jesús se ha dirigido a la gran mística italiana María Valtorta, que era la lectura favorita de la Madre Teresa de Calcuta, y del Padre Pío de Pietrelcina, que le dijo a una penitente suya que le preguntaba si había que leerla, que no se le aconsejaba, pero que la obligaba a leerla, según relata la Asociación francesa de los amigos de María Valtorta que está promoviendo, y pidiendo al Vaticano que se den a conocer sus escritos, ya que  han convertido a mucha gente en el mundo entero.

Para aclarar cualquier duda que puede surgir en esta época de convulsión, en donde la gran mayoría de la población cristiana ha abandonado la religión, debido a Satanás que ha convertido a muchos seglares y eclesiásticos, con su eterna táctica explicada por San Juan de la Cruz: Sabiendo que el mal conocido nunca será admitido, para introducir la mentira, introduce primero la aguja de la verdad para que luego entre el hilo de la mentira. La verdad es que Dios es un Padre amoroso, y la mentira es que permite el pecado y la virtud, como muchos padres que dan todos los caprichos a sus hijos, y que se vuelven unos tiranos, llegando incluso a agredirlos si no les dan lo que ellos quieren.

Satanás sabe muy bien que el pueblo cristiano se convencerá mucho más fácilmente, si los Sacerdotes y la Jerarquía predican doctrina adulterada, y relativista, es como si en una lucha entre dos ejércitos, una de los contendientes comprara a los generales enemigos para que den órdenes de no actuar ante los ataques de su bando. Si la batalla contra la Iglesia Católica, nunca se podrá ganar, ya que Jesús la ha constituido invencible, muchos de sus miembros caerán, y la Sociedad se corromperá. Basta oír todos los telediarios para escuchar acontecimientos espantosos: maridos que asesinan a su compañera, y que matan a sus hijos, o que abusan de ellos, crímenes pasionales, hijos que agreden a sus padres, abuelos abandonados, esos seres han caído más bajo que animales repugnantes. 

Es en esos momentos, como lo explica Jesús en estos escritos, cuando Dios manda a través de almas humildes mensajes claros y precisos para confirmar si Inmutable Doctrina, que derrumba toda la falsa teología predicada por los abanderados como Hans Kung, Massía, el Arzobispo de la Conferencia Episcopal alemana que afirmó que ¡¡¡Jesús no vino a redimirnos, sino para aprendernos a morir!!!, y el Señor Arzobispo que nos dijo a mi mujer y a mí que todo los hombres son hijos de Dios y que un padre no puede mandar a sus hijos al Infierno, y que por eso está vacío (no dijo que no existe, porque es un Dogma de la Iglesia Católica).

Jesús explica de una manera sublime que la segunda venida de Jesús para juzgar a la humanidad, cuando venga con su Cuerpo Glorioso, no será como la primera venida, ya que cambiará su cayado de humilde Pastor por su cetro Real, con un grandísimo poder y Gloria.




De los Cuadernos de María Valtorta (16-8-1.943)

Dice Jesús:
“Soy el “Primogénito de entre los muertos” según el orden humano y divino.
Primogénito según el orden humano porque hijo, por parte de madre de Adán, soy el primer generado de la estirpe de Adán, que ha nacido como habrían debido nacer todos los hijos de los creados por mi Padre.
No abras tanto los ojos. María ha nacido por voluntad de Dios sin mancha y esta preservación ha sido querida justamente para preparar mi venida. Pero sin un especial querer, María, nacida de hombre y mujer unidos según la ley de la naturaleza, no habría sido distinta de todas las demás criaturas venidas de la raíz contaminada de Adán. Habría sido una gran “justa”, como muchos y muchas otras del tiempo antiguo, pero nada más. La Gracia, Vida del alma, habría sido destruida en Ella por el pecado original.

Soy Yo quien ha vencido a la muerte y a la Muerte. Yo que he vuelto a llamar a la Vida a los muertos del Limbo. Dormían. Como Lázaro, cuya resurrección simboliza ésta, más verdadera. Yo les he llamado. Y han resucitado. Yo, nacido de Mujer hija de Adán, pero sin pecado original, o sea como hubieran tenido que ser todos los hijos de Adán, soy por ello el Primogénito, según el orden natural, de Adán, nacido vivo en medio de los generados muertos de Adán.

Soy el “Primogénito” según el orden divino porque soy el Hijo del Padre, el Generado, no el creado por Él.
Generar quiere decir producir una vida. Crear quiere decir formar. Yo puedo crear una nueva flor. El artista puede crear una nueva obra. Pero solo un padre y una madre pueden generar una vida.
Soy por lo tanto el “Primogénito” porque, nacido de Dios estoy a la cabeza de todos los nacidos (según la Gracia) de Dios.
Cuando con mi muerte he sacudido las puertas del más allá y he sacado a los durmientes a la primera resurrección, he abierto también las cerradas de los lagos místicos en cuyo lavado se limpia el signo que mata, muere la Muerte del espíritu, la verdadera Muerte, y nace la Vida del espíritu, la verdadera Vida.

Soy en fin el “Primogénito” de entre los muertos porque mi carne fue la primera en entrar en el Cielo, donde entrarán en la Resurrección última de las carnes de los santos, cuyos espíritus esperan en la Luz la glorificación de su yo completo, como es justo que fuera porque se glorificaron  a sí mismos venciendo a la carne y martirizándola para llevarla a la Victoria, como es justo que fuera porque los discípulos son semejantes al Maestro, por amoroso querer del Maestro, y Yo, vuestro Maestro, he entrado en la Gloria con mi Carne que fue martirizada para la Gloria de Dios.
Más adelante te hablaré de las dos resurrecciones, vistas siempre por vosotros con referencias humanas, cuando deben verse con visión espiritual.

Mi Primogenitura divina y humana me da, en consecuencia, derechos soberanos, porque siempre es el Primogénito de un rey quien hereda la corona. ¿Y qué rey más Rey que mi Padre?
Rey eterno cuyo Reino no tiene principio ni fin y contra el cual ningún enemigo tiene poder. Rey único, sin rivales que me eleva al generarme a su misma soberanía porque Yo soy Uno con el Padre, consubstancial a  Él, inseparable de Él, parte viva, activa, perfecta de Él. Rey Santo, santo, santo, de una perfección tal que no es imaginable por ninguna mente humana, Resplandece en el Cielo, sobre la Tierra y en los abismos, se extiende sobre los montes, reviste de sí cuanto existe, la santidad gloriosa de mi Padre, santidad que nosotros adoramos porque es aquella de la cual estamos generados y de la que procedemos.

Gloria, gloria, gloria al padre, María, gloria siempre porque de Él viene todo bien. Y el primer Bien soy Yo, tu Salvador.
Mi reino no es de esta Tierra, según cuanto quiere decir reinar sobre la Tierra. Pero es Reino de la Tierra. Porque Yo tendré reino sobre la Tierra. Reino evidente y verdadero, no solo espiritual cual es ahora y de pocos. Llegará la hora en que seré único y verdadero Rey de esta Tierra que he comprado con mi Sangre, de la cual he sido creado Rey por mi Padre con todo poder sobre ella. ¿Cuándo vendré? ¿Qué es la hora respeto a la eternidad? Y ¿qué te importará la hora cuándo estés en la eternidad?

Vendré. No tendré nueva carne porque tengo ya una perfecta. Evangelizaré, no como evangelicé, sino con fuerza nueva, porque entonces los buenos serán no humanamente buenos como lo eran mis discípulos de mi primera venida, sino serán espiritualmente buenos, y los malvados serán espiritualmente malvados, satánicamente malvados, perfectamente malvados. Por ello la forma será conforme a las circunstancias, porque si usara la forma de hace 20 siglos, estaría superada por los perfectos en el Bien, y sería ofrecer ocasión a los satánicos para realizar una ofensa que no está permitida hacer al Verbo Glorificado. Como una red de malla fina arrastraré detrás de mi Luz a los que han alcanzado la sutileza espiritual, pero los pesados, por la unión de la carne con Satanás, los Muertos del espíritu que la podredumbre del alma tiene clavados en el fango, no entrarán en mi Luz y terminarán de pudrirse en la unión con el Mal y con la Tiniebla.

Por ahora preparo el tiempo futuro usando singularmente la Palabra que desciende de los Cielos y da Luz a las almas preparadas para recibirla. Hago de vosotros los radiotelefonistas atentos a oír la enseñanza que es perfecta y que ya había dado y que no cambia, porque Una es la Verdad, pero que ha sido olvidada y falsificada, demasiado olvidada y falsificada porque era cómodo olvidarla y falsificarla.
Hago esto porque tengo piedad de la Humanidad que muere sin el pan del Espíritu. Como me he dado a Mí por pan de vuestra alma, así ahora entrego mi Palabra para pan de vuestro espíritu. Y repito: “Bienaventurados aquellos que escuchan la Palabra de Dios y la observan”.


Noche
Dice Jesús:
“He dicho que mi nueva venida tendrá forma y fuerza nueva según las circunstancias y te he explicado cómo serán entonces los hombres. El tiempo del espíritu debe venir.
El hombre ha partido de una tiniebla profunda y de un enorme peso de fango, después de haber perdido la Luz divina por su propia voluntad, obedeciendo a la seducción enemiga cuyo verdadero ser se simboliza en el fruto que enseña el Bien y el Mal, o sea que ha revelado al hombre cuanto, por su bien, Dios había escondido a la materia, a la mente, al corazón. ¡Habríais sido tan puros, tan pacíficos, tan honestos, tan píos si no hubierais mordido la triple concupiscencia que es dulce en la boca, pero amarga en el espíritu, más que el vinagre y la hiel que me fue dada sobre la Cruz!

Caído de la morada paradisíaca sobre la Tierra, aplastado por la revelación de su carne profanada por la lujuria, torturado por el remordimiento de haber causado su mal, angustiado por la persuasión de haber suscitado la ira punitiva de Dios Creador, el hombre que no era más que un pobre ser animal en el que se debatían y fermentaban todas las fuerzas inferiores.

Yo te he llamado la atención sobre la diferencia de los preceptos dados a Moisés respecto a los Míos, preceptos necesarios en su chocante crudeza, para frenar las tendencias del hombre, pedazo de carne apenas infuso por un movimiento anímico dado por un alma herida de muerte y desfallecida en un coma espiritual. El recuerdo de la Luz perdida, viviendo en lo profundo del alma empujaba los pasos a la luz. Un camino muy fatigosos porque la materia pesa más que el espíritu y arrastra hacia abajo. De vez en cuando, la Bondad del Eterno daba a la humanidad “faros” para la travesía tempestuosa  hacia la Luz verdadera. Los Patriarcas y los Profetas: he ahí los faros de la humanidad en busca del puerto de la Luz. Después ha venido Aquel que Juan, el Amado, llama “la Luz verdadera que ilumina a todo hombre”.

-Yo he venido, Luz del mundo y Verbo del Padre, y os he traído de nuevo la Paz con el Padre, el abrazo que os hace volver a ser hijos del Altísimo.

-Yo soy quien ha encendido de nuevo la vida desfalleciente de vuestro espíritu.

-Yo soy quien os ha enseñado la necesidad de nacer en el espíritu.

-Yo soy quien ha recogido en mi Persona toda la Luz, la Sabiduría, el Amor de la Trinidad y os la ha traído.

-Yo soy quien, con mi Sacrificio he unido la cadena, donde se había roto, uniéndoos nuevamente al Padre y al espíritu de Verdad.

-Yo soy quien, haciendo palanca con mi Patíbulo, he levantado vuestro espíritu yaciente en el fango y le he dado un potente impulso para alcanzar la Luz de Dios, hacia Mí mismo que os espera en el cielo.

Pero pocos en el mundo y en los siglos han disfrutado de ello porque el mundo ha preferido siempre las tinieblas a la Luz. Yo con mi muerte atroz os he obtenido la venida del Espíritu perfecto; pero, a lo largo de los siglos, la humanidad lo ha rechazado cada vez más, como me ha rechazado a Mí, como ha rechazado al Padre. Ha sucedido como un licor que se decanta, que lo más pesado ha precipitado en el fondo y las partes puras han flotado. Así ha sucedido con el hombre a lo largo de los siglos. Quien ha querido permanecer carne y sangre ha precipitado cada vez más al fondo, mientras que los que, aristocracia de mi Grey, han querido vivir en el espíritu se han vuelto cada vez más espirituales. En medio, los tibios sin nombre.

Son dos movimientos opuestos a la masa. Una parte, y desgraciadamente es la más amplia, absorbe cada vez más a Satanás, y desciende más abajo que los animales. La otra parte, la pequeña absorbe cada vez más a Cristo, nutriéndose de su Palabra, que no calla desde hace 20 siglos, y se hace cada vez más capaz de comprender el Espíritu.

Cuando Yo uso medios especiales, es para acelerar, porque los tiempos aprietan, la plenitud de la instrucción de la Palabra y la plenitud de la formación espiritual de los discípulos verdaderos, de los súbditos verdaderos del Rey Jesucristo. No Rey de los Judíos, como irónicamente dijo y escribió un hombre débil que se creía fuerte con un pobre poder, sino Rey del Mundo antes del juicio del Mundo.

El hombre, avanzando hacia la última hora, debe alcanzar la espiritualidad. Pero comprendedme. Dios es Espíritu. Satanás es espíritu. El primero es Espíritu de Perfección. El segundo es espíritu de pecado. La masa, dividida en dos por voluntad propia, que Dios respeta, sigue cada una con su parte que eligió. Los hijos del altísimo y hermanos míos, eligen la parte de Dios, y por amor nuestro, espiritualizan la carne. Los siervos de Satanás e hijos de la Bestia, la parte de Lucifer, y por esclavitud, querida por ellos mismos matan el espíritu bajo la carnalidad, hacen de su espíritu una carne y una sangre corrompidas y repugnantes.

Cuando reine sobre y en los espíritus llegados a aquella madurez que ahora es de algunos y que entonces será la masa de todos los verdaderos cristianos, Yo me dirigiré solamente a esta parte, perfeccionándola con la última instrucción, con una nueva evangelización, distinta, no en el sentido, que no puede cambiar, sino en la fuerza que entonces podrán entender y que hoy no entenderían. Prueba de ello es que debo elegir criaturas especiales dignas de tanto, por esfuerzo propio, o hechas dignas por milagro de Amor.

Hace veinte siglos que hable a todos. Cuando llegue el tiempo hablaré solo a estos, convencido de la inutilidad de hablar a los demás. Comenzará así la selección de los separados de los réprobos.
Tú, pobre María, eres de estas almas hechas dignas por voluntad Mía. Solo tienes una cosa buena: la buena voluntad de amor. Pero es lo que me basta. Sobre ella puedo poner mi cátedra de Maestro para hacer de la pequeña alma un pedestal, para decir, volver a decir, y decir aún, las palabras de amor y de invitación al Amor, que guía y salva.

Vendré con mi Carne Glorificada.
He despertado tu curiosidad diciendo esto. No serías mujer si no fueras curiosa. Pero Yo digo lo que creo útil decir para vuestro bien y no lo que sería pasto de vuestra curiosidad inútil. Si amo ser Maestro, sé elegir entre la verdad aquellas Verdades que os son útiles conocer y basta.
Conténtate por ello con saber que es justo que en el Reino del Espíritu, cuyos súbditos habrán espiritualizado la carne, sea Rey Aquel que revistió su Espíritu perfecto de carne para redimir a toda carne y santificarla, y santificó la suya con una doble santidad, porque es carne inocente, perfectamente inocente, y carne inmolada en el Sacrificio de Amor.

Vendré con mi Carne Glorificada a reunir a todas las criaturas para la última batalla contra el enemigo, juzgaré con mi aspecto resplandeciente de Carne glorificada a los cuerpos de los resucitados para el extremo Juicio, volveré para siempre al Cielo, después de haber condenado a la muerte eterna las carnes que no quisieron hacerse espíritu; y volveré, Rey fúlgido de un pueblo fúlgido en el que la Obra del Padre, del Hijo y del Espíritu, será glorificada con la creación del perfecto cuerpo humano tal cual el padre lo hizo con Adán, bello de indescriptible belleza, con la redención de la semilla de Adán por obra del Hijo, con la santificación obrada por el Espíritu”.