MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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miércoles, 31 de enero de 2018

COMENTARIOS SOBRE LAS LECTURAS DE LA MISA DEL 31-1-2.018




Tírate de lo alto del Templo llevado por los ángeles,
haciendo una entrada Triunfal, todos creerán en tí





Samuel 2 24,2.9-17.

El rey dijo a Joab, el jefe del ejército, que estaba con él: "Recorre todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Berseba y hagan el censo del pueblo, para que yo sepa el número de la población". 
Joab presentó al rey las cifras del censo de la población, y resultó que en Israel había 800.000 hombres aptos para el servicio militar, y en Judá 500.000. 
Pero, después de esto, David sintió remordimiento de haber hecho el recuento de la población, y dijo al Señor: "He pecado gravemente al obrar así. Dígnate ahora, Señor, borrar la falta de tu servidor, porque me he comportado como un necio". 

A la mañana siguiente, cuando David se levantó, la palabra del Señor había llegado al profeta Gad, el vidente de David, en estos términos: 
"Ve a decir a David: Así habla el Señor: Te propongo tres cosas. Elige una, y yo la llevaré a cabo". 
Gad se presentó a David y le llevó la noticia, diciendo: "¿Qué prefieres: soportar tres años de hambre en tu país, o huir tres meses ante la persecución de tu enemigo, o que haya tres días de peste en tu territorio? Piensa y mira bien ahora lo que debo responder al que me envió". 

David dijo a Gad: "¡Estoy en un grave aprieto! Caigamos más bien en manos del Señor, porque es muy grande su misericordia, antes que caer en manos de los hombres". 
Entonces el Señor envió la peste a Israel, desde esa mañana hasta el tiempo señalado, y murieron setenta mil hombres del pueblo, desde Dan hasta Berseba. 
El Ángel extendió la mano hacia Jerusalén para exterminarla, pero el Señor se arrepintió del mal que le infligía y dijo al Ángel que exterminaba al pueblo: "¡Basta ya! ¡Retira tu mano!". El Ángel del Señor estaba junto a la era de Arauná, el jebuseo. 

Y al ver al Ángel que castigaba al pueblo, David dijo al Señor: "¡Yo soy el que he pecado! ¡Soy yo el culpable! Pero estos, las ovejas, ¿qué han hecho? ¡Descarga tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre!". 

David, el ascendiente de Jesús, pide que el castigo de Dios recaiga sobre él, y consigue que Dios detenga la exterminación de su Pueblo en Jerusalén.
Este hecho es una profecía de lo que mucho después hará Cristo Jesús y sus seguidores que son de la casa de su Padre: ofrecerse como víctimas expiatorias para así evitar la exterminación del Pueblo de Dios.
Jesús rescató el género humano cargando sobre sí todos los pecados pasados, presentes y futuros de la humanidad, lo que le costó Sangre sudor y lágrimas, desprecio de su Pueblo y hasta su tortura y muerte atroz en la Cruz.
David como Rey de su Pueblo, al ofrecerse como culpable de todo sus súbditos, representó entonces a Cristo Jesús, el hijo de David, que mucho tiempo después, salvó a los elegidos de la tiranía de Satanás, que son los muertes por la Peste, que enfermó y exterminó a 70.000 judíos, y todos los que iban a ser exterminados por el Ángel en Jerusalén. 



Salmo 32(31),1-2.5.6.7.

¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado 
y liberado de su falta!
¡Feliz el hombre a quien el Señor 
no le tiene en cuenta las culpas, 

y en cuyo espíritu no hay doblez!
Pero yo reconocí mi pecado, 
no te escondí mi culpa, 
pensando: “Confesaré mis faltas al Señor”. 

¡Y tú perdonaste mi culpa y mi pecado! 
Por eso, que todos tus fieles te supliquen 
en el momento de la angustia; 
y cuando irrumpan las aguas caudalosas 

no llegarán hasta ellos.
Tú eres mi refugio, 
tú me libras de los peligros 
y me colmas con la alegría de la salvación.




Marcos 6,1-6.

Jesús salió de allí y se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos. 
Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: "¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos? 
¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?". Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo. 
Por eso les dijo: "Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa". 
Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. 
Y él se asombraba de su falta de fe. Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente. 

Y esa es la razón de porque a todos los profetas, les dijo el Señor; "sal de tu casa, y vete al lugar que yo te indicaré", ya que en este mundo, la santidad de una persona siempre queda en entredicho ya que sus vecinos ven a él una persona normal, hecho permitido por Dios, ya que el don de la fe no se puede trasmitir por un hombre ya que es un don de Dios, como decía Santa Bernardita. "El que tiene fe no necesita milagros para creer y el que no la tiene, ni los milagros le darán la fe".

Y es que creer por los milagros, no tiene ningún mérito, es la tentación de Jesús en el desierto por Satanás que le decía: Tírate de lo alto del pináculo del Templo, con los ángeles que te sostengan para que no tropieces en la piedra, y para hacer una entrada magistral en el Templo. 

Por eso le dijo Jesús a San Mateo: "¿Porque Me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron." (Juan 20, 29)





martes, 23 de enero de 2018

EXTRAORDINARIA PREDICACIÓN DEL PADRE WILLIE DE LA PARROQUIA DE Sta. BERNARDITA DE SAN JUAN DE PUERTO RICO.






Increíble predicación del Padre Willie en su Parroquia de Sta. Bernardita de San Juan de Puerto Rico. Está explicado de una manera clara y precisa, cual es el pecado contra el Espíritu Santo que nunca será perdonado ni en la Tierra ni en el Cielo, es el pecado de Soberbia que hace decir al que lo tiene: "No serviré", es un pecado que va directamente contra las Leyes de Dios, cuyo primer mandamiento es Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo, amor que consiste a dar una entrega a lo que amamos, Amor sin límites de adoración a Dios, y amor de admiración o de compasión hacia nuestros hermanos, según sean honrados o grandes pecadores. El verdadero Amor es siempre una entrega hacia los que amamos, que solo pueden realizar las almas humildes, porque son desprendidos y tienen alegría en dar, lo que nunca tendrán los soberbios, que son siempre egoístas, y tienen hondo pesar cuando están obligados a dar ya que son avaros.

El Padre Willie explica de una manera muy diplomática, lo que es el discernimiento de los Espíritus, don del Espíritu Santo que él posee, y que le permite ver los pecados de sus fieles. Todo esto lo explica con un lenguaje de gran humildad, ya que para el que es espiritual, este sabe distinguir perfectamente cuando un alma es humilde y cuando es soberbia.



lunes, 22 de enero de 2018

JESÚS PREDICE A JUDAS ISCARIOTE: "EL MUNDO NO QUIERE SER SALVADO; SOLO EN LA PROPORCIÓN DE UNO A 1000 ME QUERRÁ CONOCER Y DE UNO A 10.000 ME SEGUIRA".


El Espíritu Santo fortalece, da Luz, y prueba a las
almas como el oro en el crisol

El Espíritu Santo, que está en Dios Padre, y que es dado a los hombres de buena voluntad por el Hijo, es el medio necesario y suficiente para alcanzar la Vida Eterna. Es Él, que por la divina Gracia obtenida de Dios por la Redención de la Humanidad, operada por Cristo Jesús, la Víctima perfecta, el que permite su labor para recrear el alma, y hacerla apta para ser heredera del Reino de Dios.

Para lograr esta transformación, se necesita tiempo y paciencia, ya que el alma ha venido al mundo con la enfermedad hereditaria del pecado Original, que a pesar de estar perdonado por el Bautismo, ha dejado sus raíces en las almas, que están prontas para volver a desarrollar otra vez el árbol del conocimiento del bien y del mal, que produce el fruto envenenado, que nos aparta de Dios, y como no habrá ya nunca más una segunda encarnación del hijo de Dios, si el alma no aprovecha esta primera, quedará desahuciada para siempre del Reino de Dios.  

Aplicando esta proporción en los Países de Europa de una media de 50.000.000 de habitantes, que todos conocen a Jesús, esto quiere decir que ¡solo lo están siguiendo unas 5.000 personas!, por eso creo sinceramente que el Purgatorio tiene que estar colmado de almas, ya que es ahí donde se aprende de verdad a conocer y a seguir a Jesús. La gran ventaja de ese lugar es que allí no está el demonio, ni sus aliados: el mundo y la carne, pero desgraciadamente ya no se puede merecer, solo nuestras fervorosas oraciones pueden ayudarles a salir de este lugar de expiación, por eso dice San juan de la Cruz que se aprovecha en este mundo en una hora de sufrimiento soportado sin acritud, que muchos años en el Purgatorio.

 



Del Poema del Hombre-Dios de María Valtorta 
 (25-1-1.945)

            (...) Y, dirigiéndose a todos, Jesús añade: "así hay que actuar. Yo también actúo así, ir hacia adelante, sin cansancios. El cansancio es todavía una raíz de la soberbia humana, como también lo es la prisa. ¿Por qué uno siente fastidio por los fracasos? Porque el orgullo dice: "¿A mí decirme que no? ¿Conmigo tanta espera? Esto es falta de respeto hacia el Apóstol de Dios". No, amigos. Observad toda la Creación, y pensad en quien la hizo. Meditad sobre el progreso del hombre, y pensad en su origen. Pensad en esta hora que se cumple, y calculad cuantos siglos la han precedido. Lo creado es obra de serena creación. El Padre no hizo desordenadamente todo, sino que hizo el universo por tiempos sucesivos. 

           El hombre, el hombre actual, es obra de un progreso paciente, y progresará cada vez más en saber y en poder; luego serán santos o no santos, según su voluntad. El hombre no se hizo docto de repente. Los Primeros, expulsados del Jardín, tuvieron que aprenderlo todo, lentamente, continuamente, aprender hasta las cosas más simples: que el grano de trigo hecho harina y luego amasado y luego cocido es mejor, y aprender como molerlo y luego cocerlo, aprender a encender la leña, aprender como se hace un vestido, usando las pieles de los animales, como se hace un cobijo, observando las fieras, y un lecho, observando los nidos, y a medicinarse con hierbas y con aguas, observando a los animales que con ellas se medicinan por instinto, aprendiendo a viajar por el desierto y por los mares estudiando las estrellas, domando los caballos, y aprender, de una cáscara de nuez flotando a la orilla de un riachuelo, el equilibrio sobre las aguas.

            ¡Cuantos fracasos antes de obtener un resultado! Pero lo obtuvo, y seguirá progresando. No será más feliz por esto, porque más que en el bien, se hará experto en el mal, pero progresará. La Redención ¿no es obra paciente? Decidida desde el principio de los siglos, y aún antes, he aquí que adviene ahora, cuando los siglos ya la han preparado. Todo es paciencia. ¿Por qué entonces, ser impacientes? ¿No podía Dios hacer todo en un abrir y cerrar de ojos? ¿No podía el hombre, dotado de razón, salido de la mano de Dios, saber todo en un abrir y cerrar de ojos? ¿No podía Yo venir al principio de los siglos? Todo podía ser. Pero nada debe ser violencia, nada. La violencia es siempre contraria al orden; y Dios, y lo que de Dios viene es orden. No queráis valer más que Dios.

            "¿Pero entonces, ¿cuándo serás conocido?

            "¿Por quien, Judas?"
            "¡Hombre, por el mundo!"
            "Nunca".
            "¿Nunca? ¿Pero no eres el Salvador?"
          "Lo soy. Pero el mundo no quiere ser salvado, solo en la proporción de uno a mil me querrá conocer, y en la de uno a diez mil me seguirá realmente. Y aún así digo mucho. Ni siquiera los que estén más estrechamente ligados a Mí me conocerán".

          "Si están estrechamente ligados a Tí, te conocerán, ¿no?"

       "Sí, Judas. Me conocerán como Jesús, el israelita Jesús, pero no me conocerán como quien soy. En verdad os digo que no seré conocido por todos ellos. Conocer quiere decir amar con fidelidad y virtud... y habrá quien no me conozca".
             
           Se ve en Jesús un gesto de resignado desconsuelo, el que tiene siempre cuando anuncia la futura traición: abre las manos, y las tiene así, hacia fuera, con el rostro lleno de dolor, un rostro que no mira ni a los hombres, ni al cielo, sino a su futuro destino de Traicionado. 

            "Ni digas eso, Maestro", suplica Juan.
          "Nosotros te seguiremos para conocerte cada vez más" dice Simón, y con él los pastores al unisono.
            "Como a una esposa te seguimos, y te queremos más que a ella; nos sentimos más celosos de Tí que de una mujer. ¡Oh, no! Tanto te conocemos, que no podemos ya ignorarte. Él, (y Judas señala a Isaac) dice que negar tu recuerdo, de cuando eras un recién Nacido, habría sido más atroz para él que perder la vida. Y no eras más que un recién nacido. Nosotros te tenemos como Hombre y Maestro. Nosotros te oímos y vemos tus obras. Tu contacto, tu aliento, tu beso, son nuestra continua consagración y nuestra continua purificación. ¡Solo un satanás podría renegarte, después de haber sido una persona allegada a Tí!".

          "Es cierto, Judas; no obstante, lo habrá".
          "¡Ay de él, seré su verdugo!" exclama Juan de Zebedeo.

         "No. Deja al Padre la Justicia, Sé su redentor. El redentor de esta alma que tiende hacia satanás... "Saludemos a Isaac. Ha atardecido. Yo te bendigo, siervo fiel. Ya sabes que Lázaro de Betanía es nuestro amigo y que desea ayudar a mis amigos. Yo parto. Tú te quedas. Árame el terreno árido de Judá. Más adelante volveré. Ya sabes donde encontrarme en caso de necesidad. Te doy mi paz". 

              Jesús bendice y besa a su discípulo.





domingo, 21 de enero de 2018

LAS VOCES DE DIOS: ¿QUE ES LA GRACIA DE DIOS? COMO EL SOL, SE REPARTE...

¿QUE ES LA GRACIA DE DIOS? COMO EL SOL, SE REPARTE A TODOS POR IGUAL; PERO UNOS LA TOMAN Y OTROS LA DEJAN



      

Muy pocas personas tienen el exacto conocimiento de lo que es la Gracia de Dios, y no es que su divina Majestad lo haya ocultado y revelado solo a algunos. De la misma manera que el Sol imparte su calor y su luz al mundo entero, Dios distribuye su Gracia a todos por igual, sin embargo, como lo dice San Juan en su Evangelio, unos la reciben, pero otros la rechazan para que sus malas obras no sean manifiestas

La condición necesaria y suficiente para alcanzar esta Gracia es creer en Jesús, como el prometió el mismo: "El que crea en Mí alcanzará la Vida Eterna". El mecanismo de salvación de las almas, es la Sangre que da vida y el Agua de su Sagrado costado, que justifica a las almas con el lavacro divino.





       DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
 (6 DE JUNIO DE 1.943) 

Dice Jesús:
“Hoy quiero hablarte de la “Gracia”. Verás que tiene relación con los otros temas aunque a primera vista no lo parece. Estás un poco cansada, pobre María, pero escribe de todas formas. Estas lecciones te servirán para los días de ayuno en los cuales Yo, tu Maestro no te hablaré.

¿Qué es la Gracia? Lo has estudiado y explicado muchas veces (cuando fuiste catequista). Pero Yo te lo quiero explicar en Mi modo y mi Naturaleza y en sus efectos.

La Gracia es poseer en vosotros la Luz, la fuerza, la Sabiduría de Dios. Esto es, poseer la semejanza intelectual con Dios, el signo inconfundible de vuestra filiación con Dios.

Sin la Gracia seríais simplemente criaturas animales, llegadas hasta tal punto de evolución de estar proveídas de razón, con un alma, pero un alma a nivel de tierra, capaz de guiarse en las contingencias de la vida terrena pero incapaz de guiarse a las regiones en las que se vive la vida del espíritu; por ello poco más que las bestias que se regulan solamente por el instinto y, en verdad, a menudo os superan con su modo de comportarse.

La gracia es por lo tanto un don sublime, el mayor don que Dios, Mi Padre, os podía dar. Y os la da gratuitamente porque su amor de Padre, por vosotros, es infinito, como infinito es Él mismo. Querer decir todos los atributos de esa Gracia significaría escribir una larga lista de adjetivos y sustantivos, y aún no explicarían todavía perfectamente que es este don.

Recuerda solamente esto: 
La gracia es poseer al Padre, vivir en el Padre; la gracia es poseer al Hijo, gozar de los méritos infinitos del Hijo; la Gracia es poseer el Espíritu Santo, disfrutar de sus siete dones. La Gracia, en fin, es poseernos a Nosotros, Dios Uno y Trino, y tener alrededor de vuestra persona mortal, las legiones de Ángeles que nos adoran en vosotros.

Un alma que pierde la Gracia, lo pierde todo. Inútilmente para ella, el Padre la ha creado, inútilmente para ella, el Hijo la ha redimido, inútilmente para ella el Espíritu Santo le ha infundido sus dones, inútilmente para ella están los Sacramentos. Está muerta. Rama podrida que bajo la acción corrosiva del pecado se separa y cae del árbol vital y termina de corromperse en el barro. Si un alma supiera conservarse como es después del Bautismo y después de la Confirmación, esto es, cuando ella está embebida literalmente de la Gracia, aquella alma sería poco menor a Dios. Y que esto te lo diga todo.

Cuando leéis los prodigios de mis Santos os sorprendéis. Pero, querida mía, no hay nada de asombroso. Mis Santos eran criaturas que poseían la Gracia, eran dioses, por esto, porqué la Gracia os deifica. ¿Acaso no dije Yo en mi Evangelio que los míos harán los mismos Prodigios que Yo hago? Pero para ser míos, es necesario vivir de Mi Vida, esto es, de la Vida de la Gracia.

No todas las almas en gracia poseen la gracia en la misma medida. No porque Nosotros se la infundamos en medida distinta, porque de distinta manera la sabéis conservar entre vosotros. El pecado mortal destruye la Gracia, el pecado venial la resquebraja, las imperfecciones la debilitan.

Hay almas, no del todo malas que languidecen en una tisis espiritual porque, con su inercia, que las empuja a cometer continuas imperfecciones, enflaquecen cada vez mas la Gracia, haciéndola un hilo debilísimo, una llamita languideciente. Mientras debía de ser un fuego, un incendio vivo, bello, purificador.

El mundo se derrumba porque se derrumba la Gracia en casi la totalidad de las almas, y en las demás languidece.

La gracia da frutos distintos, según esté más o menos viva en vuestro corazón. Una tierra es más fértil cuando más rica es de elementos y beneficiada por el sol, por el agua, por las corrientes aéreas. Hay tierras secas, estériles, que inútilmente están regadas por el agua, calentadas por el sol, agitadas por los vientos. Lo mismo es en las almas. Hay almas que con cada ocasión se cargan de elementos vitales y por ello logran disfrutar al cien por cien los efectos de la Gracia.

Los elementos vitales son: vivir según mi Ley, castos, misericordiosos, humildes, amorosos de Dios y del prójimo; es vivir de oración “viva”. Entonces la Gracia crece, florece, echa raíces profundas y se eleva en árbol de vida eterna. Entonces el Espíritu Santo, como un sol, inunda con sus siete rayos, de sus siete dones; entonces Yo, Hijo, os penetro con la lluvia divina de mi Sangre; entonces el Padre os mira con complacencia viendo en vosotros su semejanza; entonces María os acaricia estrechándoos contra su seno en el que me ha llevado a Mí como a sus hijitos menores pero queridos, queridos por su Corazón; entonces los nueve coros angélicos hacen corona a vuestra alma, templo de Dios y cantan el “Gloria” sublime; entonces vuestra muerte es Vida y vuestra Vida es Bienaventuranza en mi Reino”.

Si quisierais, todos podríais ser capaces de prodigios, esto es, de Santidad. Mejor dicho, Yo quisiera que lo fuerais porque entonces querría decir que mi Sacrificio ha sido coronado por la Victoria y que realmente Yo os he arrancado del imperio del Maligno, desterrándole a su Infierno, remachando su boca con una piedra inamovible y poniendo sobre ella el Trono de mi Madre, que fue la Única que tuvo su calcañal sobre el dragón, impotente para dañarle.

viernes, 19 de enero de 2018

EL PODER DE LA ORACIÓN CONTEMPLATIVA ES LO QUE MANTIENE EL EQUILIBRO DEL MUNDO, EL DÍA QUE YA NO EXISTA, OCURRIRÁ EL FIN.


LA ORACIÓN DE LAS ALMAS HUMILDES,  CON LA CONTEMPLACIÓN DE JESÚS,
SON LAS ARMAS  MÁS PODEROSAS  CONTRA LAS INSIDIAS
DE SATANÁS, DEL MUNDO Y DE LA CARNE



La oración para que sea eficaz, debe de cumplir ciertas condiciones, en caso contrario será una oración que no dará los frutos esperados.
-Tiene que ser una llamada hecha con el conocimiento perfecto de quien somos y quien es la persona a quien nos dirigimos.
-Somos todos más o menos pecadores es decir, que hemos ofendido, y estamos ofendiendo por palabras, obras y omisión, en más o menos medida a Dios, por eso, es esencial reconocer este hecho, y hablar con Dios de una manera humilde y con santo temor, que es un don del Espíritu Santo, temor no quiere decir terror, quiere decir que al considerarse como una persona imperfecta, tenemos que pedir con amor suplicante, con el alma arrepentida y profunda humildad.

-Nos dirigimos al Ser supremo, Dios Todopoderoso, eterno y Perfecto, de una Sabiduría infinita, que conoce todas nuestras imperfecciones, incluso las faltas más ocultas, al cual como lo dice San Juan de la Cruz, le debemos agradecimiento por habernos creado, y amor eterno por habernos redimido.

La diferencia entre un creyente y un ateo es asombrosa, el creyente sabe que está en este mundo de paso, y que existe un mundo mejor en donde ya no hay mentira, odio, rencor, dolor, pena, muerte, enfermedades y vejez, y que todas las desgracias actuales son consecuencia del pecado de Adán.

El ateo cree que este mundo está aquí para disfrutarlo, y que todos los medios son lícitos para conseguirlo, porque después de la muerte ya no hay nada y todo termina. Como el lujo y el placer de los cinco sentidos corporales, son para bienes bienes escasos, a la fuerza el que quiere conseguir esa gula material y espiritual, tiene que pisotear a los demás, y provocar la desgracia de sus semejantes más débiles.

El creyente, con la ayuda de Dios, obtenida por una perfecta oración, y sobre todo una profunda humildad, puede conseguir, y consigue de Dios restablecer el equilibrio, y evita que castigue con más severidad a los que incumplen su Ley. El día que no existan estas almas que rezan por sus hermanos, y que piden perdón a Dios por sus pecados y los de la humanidad, la Tierra no tendrá razón de existir, es lo que ocurrió con el diluvio y con Sodoma y Gomorra,  y es lo que ocurrirá con la venida del Anticristo, será la intervención directa de Dios para destruir este mundo, y sepultar eternamente a Satanás y a todos sus seguidores en las Tinieblas.



DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
(16 de Marzo de 1.944)

Jesús me dice que escriba también esas palabras sobre la función de ciertas almas en el mundo. Lo hago aunque, por estar tan débil y atormentada, me da vueltas la cabeza como una perinola.
¿Has comprendido ahora el por qué de los conventos de clausura y su razón de ser?
No todos tienen tiempo de rezar, visto que están tan empeñados en la vida activa. Es verdad que la actividad honesta es ya plegaria y por eso, los que rezan mientras trabajan están justificados. Más son muchas las necesidades del hombre, y son muchos los hombres que no rezan en absoluto. Los que viven en el claustro, rezan por todos los que no quieren o no pueden rezar, de modo que cada día aporte ese número de homenajes que requiere la Divinidad (pensad que en el Cielo no existen pausas para el gloria a Dios). Le rezan a Dios para honrarle, le rezan para aplacarle, le rezan para impetrarle. Son los brazos que están alzados sobre los que combaten, y piden para todos.

Tú, en tu casa, eres la pequeña enclaustrada que reza por todos. Más tu caridad debe ser vasta como el mundo. Más aún debe de ser vasta como toda la Creación, debe invadir también el Cielo. O mejor, debe comenzar con él. Rezar para elevar alabanzas y ofrecer reparaciones a Dios, que es insultado por tantos seres.

-Rezar por quien no reza.
-Rezar por la Iglesia.
-Rezar por el Sacerdocio que, si no vuelve a ostentar el esplendor de un mártir como Lorenzo, os hará cada vez más propensos a la idolatría.
-Rezar por la sociedad humana, para que venga a Dios si quiere salvarse.
-Rezar por la Patria, para que goce de paz y bien.
-Rezar por quien sufre, por quien tiene hambre, por quien no tiene un techo.
-Rezar por quien duda y se siente aferrar por la desesperación.
-Rezar, rezar, rezar.
-Por último rezar por ti.

No tengáis temor. Si vosotros que rezáis por todos, si no rezáis por vosotros, rezo Yo por vosotros al Padre. Quedaos tranquilos.

Las almas que oran en el mundo, las que saben convertir su enfermedad, no en un ocio forzado, sino en una actividad santa, son las pequeñas clausuras que Yo desparramo en el mundo como flores, para ayudar a las grandes clausuras y para aplacar al Padre y llevar alivio a la humanidad con esta suma de incansables plegarias.







jueves, 18 de enero de 2018

¿COMO HA DE SER LA VERDADERA ORACIÓN?. ¿POR QUÉ A VECES DIOS NO ESCUCHA NUESTRAS ORACIONES?



Claude Manet: La oración del Ángelus 




Hay ciertas almas que se creen que recitando largas plegarias, sin tener el comportamiento adecuado ante Dios (hecho que ellos desconocen), ya han cumplido, pero desgraciadamente, estas oraciones, como lo dice Jesús, aburren hasta su ángel de la Guardia, que pide con fervor a Dios, que transforme esa alma para que aprenda a dialogar con Dios.


La verdadera oración no es solo sonido repetido de palabras, también lo es cuando en todas las cosas se ve a Dios. Se puede sentir a Dios, amarle y reverenciarle en el trabajo, por muy humilde que sea, en la contemplación de la naturaleza desde una planta, hasta las estrellas del cielo, y de todo lo que nos rodea en las cosas creadas. La verdadera oración no viene del alma, viene de Dios, que es el que la impulsa, el que la ilumina, y también sabe recompensar el alma con ese don suyo, que hace que esté tocada por la divinidad, para darle entonces una alegría y una suavidad, que enciende el alma en amor y agradecimiento, para impulsarla cada vez más hacia la perfección.

La verdadera oración, ha de hacerse con humildad, ya que Dios no escucha a los soberbios, tiene que ser una oración de solicitud de clemencia para el alma orante, que siempre se ve cada vez más pecadora cuando más se acerca a Dios.

Y esta oración es verdadera, cuando se pide  para el prójimo que Dios ha puesto en nuestro camino, sobre todo en el caso de que sea ateo, ya que entonces es cuando esa alma está en un grave peligro, y como un enfermo grave, necesita más atención y medicación, que es la verdadera oración que Dios quiere, cumpliendo así el primer precepto que es amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. 

Cuanto más escondida sea, más valdrá a los ojos de Dios, porque será una oración de humildad, para que no la vean los demás. Esa oración tiene que pedir a Dios las fuerzas necesarias para alcanzar la Vida Eterna, pero nunca para alcanzar bienes materiales, según el consejo que nos dio Jesús: “Buscad el Reino de los Cielos y todo lo demás se os dará por añadidura”.

Esta actitud que nos pide Jesús es para refutar la excusa de muchos que en el Juicio le dirían a Dios: ¿Como quieres que nos hayamos dedicado a buscar el Reino de los Cielos, con todos los problemas que hemos tenido nosotros para procurarnos el alimento, el vestido y el cuidado de nuestros hijos?




DEL POEMA DEL HOMBRE DIOS DE MARÍA VALTORTA


Dice Jesús:

[…] Oíd cómo debéis orar (con los labios, con el trabajo, con la totalidad de vosotros mismos): debéis orar por el impulso de un corazón amante de Dios, a quien se siente Padre; de un corazón que siempre tiene presente quien es el Creador y quien la criatura, y que se presente con amor reverente en frente de Dios, siempre, ya ore, ya comercie, ya camine, ya descanse, ya logre un beneficio o se le propone a otros.

He dicho “por impulso del corazón”: esta es la primera y esencial cualidad; porque todo viene del corazón, y como es el corazón, tal es la mente, la palabra, la mirada, la acción. El hombre justo extrae el bien de su corazón de justo. Cuanto más bien extrae, más bien encuentra, porque el bien realizado genera un nuevo bien, de la misma forma que la sangre se renueva en el círculo de las venas para volver al corazón enriquecida de elementos siempre nuevos, extraídos del oxígeno que ha absorbido y de la sustancia de los alimentos que ha asimilado.

Por el contrario, el perverso, de su tenebroso corazón henchido de fraude y venenos, solo puede extraer fraude y veneno que aumentan cada vez más, corroborado por las culpas que se van acumulando (en el bueno son las bendiciones de Dios, las que confirman, y también se acumulan). Creed, igualmente, que la exuberancia del corazón rebosa a través de los labios y se revela en las acciones. 

Hacéos un corazón humilde y puro, amoroso, confiado, sincero. Amad a Dios con el púdico amor que siente una virgen hacia su prometido. En verdad, os digo que toda alma es virgen prometida al Eterno Amante, a Dios nuestro Señor; esta Tierra es el tiempo del noviazgo, tiempo en que el ángel custodio, otorgado a cada hombre es espiritual paraninfo, y todas las horas y las contingencias de la vida son otras tantas doncellas que preparan el ajuar nupcial; la hora de la muerte es la hora de la boda, es entonces cuando viene el conocimiento, el abrazo, la fusión, es entonces cuando, vestida ya de esposa cumplida, el alma puede alzar su velo y echarse en brazos de su Dios, sin que, por amar así a su Esposo, pueda inducir a otros al escándalo.

Pero por ahora, ¡oh, almas sacrificadas aún en el vínculo del noviazgo con Dios!, cuándo queráis hablar con vuestro Prometido, entrad en la paz de vuestra casa (sobre todo la paz de vuestra morada interior) y hablad, como ángeles de carne acompañados por sus ángeles custodios; hablad a vuestro Padre en el secreto de vuestro corazón y de vuestra estancia interior; dejad afuera todo lo que es mundo: el frenesí de ser notados, de edificar; los escrúpulos de las largas oraciones sobresaturadas de palabras, pero monótonas, tibias, mortecinas en cuanto al amor.

¡Por favor, liberaos de prevenciones cuando oréis! En verdad, hay algunos que derrochan horas y horas repitiendo solo con los labios un monólogo – un verdadero soliloquio porque ni siquiera el ángel custodio lo escucha, porque es un gran rumor vano que el ángel trata de remediar abismándose en ardiente oración en favor de este hombre necio, que le ha sido encomendado. – En verdad, hay algunos que no utilizarían de forma distinta esas horas, aunque Dios se les apareciese y les dijese: “La salud del mundo depende de que dejes esas palabras sin alma para ir simplemente a sacar agua de un pozo y verterla por la tierra, por amor a Mí y a tus semejantes”. 

En verdad, hay algunos que consideran más valioso su monólogo que el acto cortés de recibir en modo acogedor una visita, o que el acto caritativo de socorrer a un necesitado: son almas que han caído en la idolatría de la oración.

La oración es acción de amor. Ahora bien, se puede amar tanto orando como haciendo pan, tanto meditando como asistiendo a un enfermo, tanto realizando un peregrinaje al Templo como atendiendo a la familia, tanto sacrificando a un cordero como sacrificando nuestros deseos – justos – de recogernos en el Señor. Basta que uno colme todo su ser y todas sus acciones en el Amor. ¡No tengáis miedo! El Padre lo ve todo. El Padre comprende. El Padre escucha. El Padre concede. 

¡Cuántas gracias se reciben, por un solo, verdadero, perfecto suspiro de amor; cuanta abundancia, por un sacrificio íntimo, hecho con amor! No seáis como los gentiles, Dios no necesita que le digáis lo que tiene que hacer “porque lo necesitáis”. Eso pueden decírselo los paganos a los ídolos, que no pueden comprender, pero no vosotros a Dios, al verdadero, espiritual Dios, que no es solo Dios y Rey, pero que además es vuestro Padre y sabe, antes de que se lo pidáis, lo que necesitáis.

Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe, el que busca encuentra, a quien llame se le abrirá. Cuando vuestro hijo os tiende su manita diciéndoos: “Padre, tengo hambre”, ¿Acaso le dais una piedra?, ¿le dais una serpiente si os pide un pez? No; es más, no solo le dais el pan y el pescado, sino que además le dais una caricia y le bendecís, pues a un padre le resulta agradable alimentar a un hijo y verle sonreír feliz. 

Pues si vosotros, que tenéis un corazón imperfecto, sabéis dar buenos dones a vuestros hijos, solo por el amor natural, que también lo posee el animal hacia su prole, ¡Cuánto más, vuestro Padre que está en los Cielos concederá a quienes se lo pidan las cosas buenas y necesarias para su bien! ¡No tengáis miedo de pedir, ni tampoco de no obtener!

Pero quiero poneros en guardia contra un fácil error: entre los creyentes hay paganos cuya religión es un amasijo de supersticiones y fe, un edificio profanado en el que han echado raíces hierbas parásitas de todo tipo, hasta el punto de que este se va desmoronando y al final, se derrumba; son paganos de la religión verdadera, débiles en la fe y en el Amor, que sienten que su fe muere cuando no se ven escuchados. Pues bien, no hagáis como ellos. 

Sucede que pedís para un momento dado, y os parece justo hacerlo – la verdad es que para ese momento no sería injusta tampoco la gracia pedida – pero la vida no termina en ese momento y lo que hoy es bueno puede no serlo mañana, (pero vosotros conociendo solo el presente – lo cual es también una gracia de Dios – esto lo desconocéis). Sin embargo Dios conoce también el futuro, y muchas veces no satisface una oración vuestra para ahorraros una pena mayor.

En este año de vida pública, más de una vez, he oído corazones que referían haberse quejado de cuanto habían sufrido cuando no se habían visto escuchados por Dios, pero que luego, habían reconocido que ello significó un bien porque la gracia en cuestión les habría impedido alcanzar posteriormente a Dios. A otros les he oído decir – y decirme a Mí – Señor ¿por qué no respondes a mi súplica?; con todos lo haces, ¿por qué conmigo no? 

Y no obstante, a pesar del dolor que me producía el sufrimiento que veía, he tenido que decir: “No puedo”, porque haber condescendido a su petición, habría significado poner un estorbo a su vuelo hacia la vida perfecta. Incluso el Padre a veces dice: “¡No puedo!”; no porque no pueda cumplir inmediatamente ese acto, sino porque no quiere hacerlo, dado que conoce las consecuencias que se seguirían.


En la vida del Santo Cura de Ars, escrita por Monseñor Trochú, se lee, que hacía múltiples milagros a personas con graves enfermedades, por humildad les decía que fueran al altar de Santa Filomena, y que les dijera que les curara, los enfermos quedaban curados, pero por humildad, conseguía que el milagro no se lo atribuyesen a él.

Cuenta que una vez vino desde París una mujer ciega, el Santo le dijo: "Se puede curar su dolencia, pero su salvación eterna no estaría asegurada, sin embargo si se queda ciega obtendrá la Vida Eterna", la mujer se volvió a París resignada.

MUY POCA GENTE ENTIENDE LA IMPORTANCIA DE UN ALMA CONTEMPLATIVA APARTADA DEL MUNDO


La fuerza del Amor de Dios, tiene tal poder que una alma enamorada
puede cambiar  el curso natural de las cosas.



Todos los seres humanos, salvo la Santísima Virgen María que nació sin pecado original, son pecadores en más o menos cuantía, es decir que aunque hayan sido bautizados, la herencia de Adán resurge como una planta a la cual no le han arrancado todas las raíces.
Eso quiere decir que por pensamiento, obra y omisión, todos somos pecadores. san Juan de la Cruz explica en la noche oscura del alma, como algunos pocos logran arrancar esas profundas raíces, a través de las noches activas y pasivas del sentido y del espíritu, terribles noches que son largas y penosísimas, ya que son el Purgatorio en la Tierra, en las cuales el alma recobra la inocencia perdida, y es entonces apta para la unión mística con Dios, verdadera fusión con la divinidad por toda la eternidad.

Si Jesús ya no podrá sufrir más en su Naturaleza divina, como en su terrible Pasión, sigue sufriendo en su Naturaleza humana por los pecados de la Humanidad, ya que cada pecado es una ofensa a esa Naturaleza. Todos esos pecados son por la desobediencia a las Leyes de Dios, y al olvido de su predicación, de su Pasión, y de su muerte en la Cruz, que habrá sido inútil para mucha gente, en resumen es por una falta de Amor hacia su persona.

Ese Amor, cuando ha alcanzado su plenitud, como así lo expresa el Primer mandamiento de la Ley de Dios, es de una importancia tal, que tiene la facultad de limpiar totalmente el alma de sus pecados, por graves que hayan sido, como fue en el caso de María Magdalena, de ahí su Importancia y está clasificado en el primer lugar de la Ley, ya que cuando se logra tener, se cumple a la fuerza todos los otros mandamientos.

De ahí la importancia de la Vida contemplativa que es lo que explica San Juan de la Cruz en todas sus Obras místicas, y que muy poca gente comprende, incluso "grandes teólogos" y grandes  Jerarcas católicos, creyendo firmemente que el alma apartada del mundo se aparta de la convivencia con sus hermanos, cuando en realidad es cuando más se acerca, por eso dijo el Santo Doctor en sus dichos de Luz y Amor: "Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de conciencia, que todas esas obras que quieres hacer". Y ya hemos visto que esa pureza se alcanza con el verdadero Amor a Dios.

Y si un alma tiene la desgracia de comparecer ante Dios sin poco amor unitivo, tendrá que completarlo en el Purgatorio, y si en su lugar tiene desprecio y odio, ya que al no tener a Dios, ocupa su puesto el enemigo, esa alma tendrá la peor desgracia que le pueda ocurrir: la condenación eterna.


San Juan de la Cruz: Llama de amor viva Canción 1,2


        “Y esta es la operación del Espíritu Santo, en el alma transformada en amor, que los actos que hace interiores es llamear, que son inflamaciones de amor, en que, unida la voluntad del alma, ama subidísimamente, hecha un amor con aquella llama.

         Y así estos actos de amor del alma son preciosísimos, y merece más en uno y vale más que cuanto había hecho en toda su vida sin esta transformación por más que ella fuese, etc".






miércoles, 17 de enero de 2018

INTERPRETACIÓN DE JESÚS DEL APOCALIPSIS DEL PROFETA DANIEL


CRISTO JESÚS EN LA CRUZ DEL PINTOR VELÁZQUEZ
PALABRAS DEL SANTO CURA DE ARS


Breve explicación dictada por Jesús a María Valtorta, en donde se describe cuales son las señales que indicarán el final de los tiempos; la persecución que suprimirá el sacrificio perpetuo, que es la Sagrada Eucaristía, así como su duración, la conversión de los Judíos, lo que desatará la furia de Satán, la venida del Arcángel San Miguel, que surgirá para salvaguardar el Reino de Dios, y derrotar a Satanás.
Dios todopoderoso, ante la inminencia de la venida del Anticristo, suscitará una renovación espiritual realizada por ciertos espíritus de gran santidad para reunir a los escasos fieles, antes del final de los tiempos, ya que la abominación, como lo dice Jesús en el Evangelio habrá llegado hasta los lugares sagrados.



De los Cuadernos de María Valtorta 
(Daniel 12.)

Dice Jesús:

“El Arcángel que derrotó a Lucifer y que guarda mi Reino y los hijos del mismo, será el que surgirá como signo celeste en el tiempo último. Será el tiempo en que Israel se unirá con la Roma de Cristo y ya no habrá más dos ramos del pueblo de Dios, o sea el bendito y el maldito por culpa de su deicidio, sino un único tronco, llamado de Cristo porque vive en Mí.

Entonces, dado que se habrá completado el número de los salvados vendrá la resurrección de la carne y los muertos, que yacen en los infinitos cementerios, en los desiertos, en los mares, donde quiera que repose uno que fue un hombre, se alzarán para venir a Mí, el Juez supremo, como la multitud dormida a la que despierta el toque del clarín que llama a asamblea.

¡Como te derramarás jubilosamente sobre mis bienaventurados ese día, oh Luz, Tú que eres un atributo mío y que harás relucir como estrellas a los que conocieron la sabiduría y enseñaron y vivieron la Justicia!

El último periodo – tres años y seis meses – será el más tremendo de los vividos por el hombre y en él, Satanás a través de su hijo, consumido por un supremo rencor – porque ya no existirá la división entre las dos ramas del pueblo de Dios, la división que fue causa de tantos males materiales, morales y espirituales -, empleará sus perfectas, pero también últimas astucias, para dañar, arruinar, matar a Cristo en los corazones y matar los corazones destinados a Cristo.

Los sabios comprenderán la artimaña de Satanás, las innumerables artimañas de Satanás, porque el que posee la verdadera Sabiduría está iluminado, y, por su fidelidad a la Gracia se volverán puros e indudables como el fuego, dignos de ser elegidos para el Cielo. Los impíos seguirán el Mal y practicarán el mal, pues no comprenden el Bien, dado que por espontánea voluntad colmaron su corazón de Mal.

Entonces vendrá el tiempo en que la Iglesia, mancillada más que nunca, ya no podrá celebrar el Sacrificio perpetuo y la abominable desolación se alzará en el Lugar Santo y en los lugares santos, tal como han dicho los profetas y como he repetido Yo, que nunca erro.
Dice Daniel: “Esta abominable desolación durará 1.290 días. Bienaventurado el que espera y llega a 1.335”.

Esto quiere decir que en los tres años y seis meses que precederán el fin, se reservará un breve tiempo para que los fieles se reúnan con el fin de escuchar la última Palabra, que resonará en el espíritu de cada uno de ellos como invitación al Cielo, mientras Miguel con sus ángeles vencerá a Satanás y a sus demonios.

“Bienaventurado el que espera y llega a 1.335 días”, quiere decir: “Bienaventurado el que persevere hasta el fin”, pues será salvado.

A ti te digo: “Ve hasta el plazo establecido (De tu tiempo de vida en la Tierra) y tendrás sosiegoy permanecerás en tu suerte hasta el fin de los días”.  





domingo, 14 de enero de 2018

LA PRUDENCIA SOBRENATURAL QUE ES EL SANTO TEMOR DE OFENDER A DIOS, ES UNA GRAN VIRTUD; LA PRUDENCIA HUMANA POR NO QUERER ENFRENTARSE A LOS HEREJES ES UN ACTO DE COBARDÍA



Un libro de Educación para la Ciudadanía 
se mofa de la Iglesia Católica

 Quiero aquí hablar de cierta Jerarquía Católica, muy, pero que muy prudentes, que para no acarrearse problemas de ninguna índole, no solo no se enfrentan abiertamente con los lobos que dispersan y asesinan a las ovejas, es decir, en contra de los políticos actuales, promotores de la Cultura de la Muerte de los indefensos, de los blasfemadores y de los herejes como Massiá Clavel; Queiruga, Hans Küng, y otros "grandes teólogos" del tipo José María Castillo" (también Satanás es un gran teólogo), y tantos renegados, que procuran por todos los medios desprestigiar y destruir a la Santa Iglesia Católica.

      Pero además, no se atreven a criticarles abiertamente, ni a advertir a esas ovejas que les han sido entregadas por Jesús-Dios para custodiarlas, para librarlas de los lobos sanguinarios y de los falsos profetas, para así poder conducirlas a los Pastos Eternos, aún a riesgo de su bienestar, de lo que dirán, y enfrentándose con ellos hasta la entrega de su vida, si fuera necesario.

Y me disgusta y me escandaliza profundamente citar la conducta de cierto Cardenal Emérito, que cuando estaba en funciones, declaró en el programa de Televisión, que "Tenemos que mimar a los representantes de todos los partidos políticos, sean del color político que sean" (sic)

       Y recuerdo que el Partido Socialista, ha aplicado el Aborto libre y gratuito, cuando gobernaba en España, bastaba solo la firma de un psiquiatra, diciendo que era un trauma para la madre, y las clínicas como la del siniestro Doctor Morín, tenían ya preparados documentos firmados de antemano por Psiquiatras, por lo que venían de toda Europa las mujeres que no podían abortar en su país, con embarazos de ocho meses o más.

         Este gobierno le quitó la autoridad sagrada de los padres sobre los hijos, al permitir a las niñas tener relaciones, con cualquier tipo de hombres, sin que los padres puedan intervenir, pueden igualmente abortar sin el consentimiento de sus padres; distribuyeron la píldora abortiva del día después; la Educación para la Ciudadanía, obligatoria en todos los colegios, en donde se enseñaba a los niños como mantener relaciones sexuales satisfactorias, alabando el matrimonio homosexual, y denigrando las enseñanzas de la Iglesia.

Igualmente, hecho de una gravedad extrema: el Gobierno socialista de Zapatero resucitó el odio entre todos los españoles, que había quedado latente después de la Terrible Guerra Civil, votando la Ley de la Memoria Histórica, hablando de las atrocidades cometidas por la Dictadura franquista, y naturalmente, silenciando las atrocidades de la Izquierda.

    



De los cuadernos de Mª Valtorta 
(17 de Junio de 1.943)


Dice Jesús:

“Te quiero hablar de la prudencia humana.

La prudencia sobrenatural es una gran virtud. Pero la prudencia humana no es una virtud. Vosotros, hombres, habéis aplicado este nombre, como una falsa etiqueta, a sentimientos impropios y no virtuosos. Así como llamáis caridad, a la moneda que dais al pobre.

Pero si vosotros dais una limosna, incluso virtuosa, y la dais para ser vistos y aplaudidos por el mundo, ¿Creéis que hacéis un acto de caridad? No. Desengañaos. Caridad quiere decir: amor. Caridad es, por tanto, tener piedad y amor por todos los necesitados de la tierra. No hace falta dinero para hacer un acto de caridad. Una palabra de consejo, de consuelo, de dulzura, un acto de ayuda material, una oración, son caridad. Una limosna dada con grosería, humillando al pobre, en el que no sabéis verme, no es caridad.

Lo mismo ocurre con la prudencia. Vosotros llamáis prudencia a vuestra vileza, a vuestro anhelo de vivir tranquilos, a vuestro egoísmo. Tres cosas que ciertamente no son virtud.

También en vuestras relaciones con la Religión sois amantes del vivir tranquilos. Cuando sabéis que una franca profesión de fe, que una expresión, dicha como os la susurra el Espíritu de Verdad, pueden quitaros autoridad, dadores de trabajo, maridos, hijos, padres, de los que esperáis ayuda material, vuestra humana prudencia os hace encerraros en un silencio que no es prudente sino cobarde, cuando no culpable, porque llegáis a negar, a renegar, perjurando vuestros sentimientos más espirituales.

Pedro fue el primero que en la hora del peligro, por una prudencia humana, llegó a negar que me conociera. Yo lo permití, esto, para que arrepentido, pudiera después compadecer y perdonar a los hermanos pusilánimes. ¡Pero cuántos “Pedros” desde entonces hasta ahora! Tenéis siempre ante la mente, un interés mezquino, y lo anteponéis y tuteláis en perjuicio del interés eterno que os fructifica la Verdad valiente y valientemente profesada.

Ante ciertas manifestaciones de Dios, vosotros, pobres hombres, no tenéis ciertamente la valentía de Nicodemo y de José, que en una hora tremenda para el Nazareno y para sus seguidores supieron adelantarse para pensar en Mí contra la hostilidad de toda Jerusalén. Tu misma, a veces, te quedas un poco perpleja ante ciertas expresiones mías y las quisieras hacer menos tajantes.

La prudencia humana os guía. La lleváis a todas partes. Hasta en las obispalías, hasta en los conventos. ¡Cómo habéis cambiado en relación con los primeros cristianos que no tenían en cuenta nada de cuanto fuera humano y miraban solamente el Cielo!

Es verdad que yo he dicho que seáis prudentes como las serpientes, pero no con una prudencia humana. Os he dicho también que para seguirme, hay que ser audaces contra todos. Contra el amor a si mismos; contra el poder, cuando os persigue porque sois mis seguidores; contra el padre, la madre, la esposa, los hijos, cuando éstos quieren, por afecto humano y preocupación terrena, impediros que sigáis mi Camino, porque sólo una cosa es necesaria: salvar la propia alma incluso perdiendo la vida de la carne para obtener la Vida eterna”.





211. Regreso a Hebrón, patria del Bautista
(7-7- 1.945)

     [...] ¡No, no es lícito! Ninguna moneda puede comprar la conciencia, y menos aún la de los sacerdotes y los maestros. No es lícito encontrarse sumiso ante las cosas fuertes de la Tierra cuando quieren conducirnos a obrar en contra de lo que Dios ha establecido: esto no es sino impotencia espiritual, y está escrito: "El eunuco no entrará en la asamblea del Señor"Si, pues, no puede ser del Pueblo de Dios el impotente por naturaleza, ¿podrá ser su ministro el impotente de espíritu? En verdad os digo que muchos sacerdotes y maestros, habiendo perdido su virilidad espiritual, han venido a ser, culpablemente, eunucos espirituales. Muchos. ¡Demasiados!

    Meditad, observad, comparad, y os daréis cuenta que tenemos muchos ídolos y pocos ministros del Bien, que es Dios. Ahora se ve porque las ciudades-refugios no son ya tales. Ya no se respeta nada en Israel. Los santos mueren por el odio hacia ellos de los no santos.
    [...] ¡Venid!, es el Amor que pasa, quien quiera puede seguirle, porque para ser acogido por Él se requiere solamente buena voluntad".
     Jesús ha terminado en medio de un silencio atónito. Parece que muchos han sopesado las palabras que han escuchado., prueban su sabor; las degustan, las confrontan.

        Mientras esto sucede y Jesús, cansado y sudoroso, se sienta a hablar con Juan y Judas, he aquí que se alza un clamor al otro lado del muro: gritos confusos, luego más claros: "¿Está aquí el Mesías? ¿Está?". La respuesta es afirmativa. Entonces pasan adelante a un hombre contrahecho, que de tan torcido como está parece una "S".

        "¡Es Masala !".
       "¡Demasiado contrahecho! ¿Qué puede esperar?".
       "¡Ahí está su madre! ¡Pobrecilla!"
       "Maestro, su marido la rechaza por ese aborto de hombre de su hijo, así que vive aquí de la caridad pero ahora es ya anciana y le queda poca vida...".
         El aborto de hombre - realmente es así - está ante Jesús. No puede ni siquiera ver su rostro de lo encorvado y torcido que está. Parece una caricatura de hombre-chimpancé o de un camello humanizado.
        La madre anciana y mísera, ni siquiera habla, solo gime: "Señor... creo...".
         
         Jesús pone sus manos sobre los hombros sesgados del hombre, que apenas si le llega a la cintura; alza su rostro hacia el Cielo y dice con voz potente: "Enderézate y sigue los caminos del Señor". El hombre experimenta un brusco movimiento y, como impulsado por un resorte, queda derecho como el más recto de los hombres. El movimiento ha sido tan repentino, que parece como si se hubieran roto unos resortes que le hubieran contenido en esa posición anómala. Ahora le llega a Jesús a los hombros; le mira y cae de rodillas, con su madre, ante su Salvador, y ambos le besan los pies.

         Es indescriptible la reacción de la muchedumbre... A pesar de todas las resistencias, Jesús se ve obligado a permanecer en Hebrón, porque la gente está dispuesta a formar barreras en las salidas para impedirle marcharse.
          Así... entra en la casa del anciano arquisinagogo, que tan cambiado está respecto al año pasado...