MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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lunes, 8 de enero de 2018

DE LOS CUADERNOS DE Mª VALTORTA (21 de Noviembre de 1.943) Isaías 38. 67-15-16-17-18-19)



Los enfermos de Lourdes vienen al Snatuario para obtener la curación física
pero es más importante la curación espiritual 


El racionalismo, doctrina arraigada por el eterno enemigo de Dios, y sus tenebrosos ministros, intenta por todos los medios aclarar todos los acontecimientos con explicaciones científicas, sin tener en cuenta para nada el hecho más importante, que es la razón que explica la causa de todo. Esa razón de por qué existen los sufrimientos y las desgracias de la humanidad como son las miserias, las guerras, las enfermedades, y lo más importante por qué hemos nacido en este mundo, y a donde vamos después de la muerte.
Jesús dijo que todo lo que ocurre en este mundo, es porque Dios lo permite, y que el 99% de la causa de todas las enfermedades y desgracias, están ahí para hacernos meditar que estamos en este mundo de paso y que tenemos que prepararnos cumpliendo sus mandamientos para ser más felices en esta Tierra, y alcanzar la felicidad eterna en el Cielo.
Ese racionalismo instigado por Satanás, es el que hace olvidar la acción de Dios en el mundo, sus mandamientos, e implanta en toda la Sociedad un relativismo, que consiste en poner en plan de igualdad el pecado y la Virtud, es decir a Dios y Satanás, es una Doctrina muy sutil, como lo explica Jesús porque pone en plan de igualdad el bien y el mal, e incluso presenta el pecado como la panacea de nuestra existencia para alcanzar la felicidad material, haciendo olvidar a Dios.
Es el triunfo de Satanás que quería ser como Dios, y que dijo "No serviré", el cual expulsado del Cielo, ha impuesto esa doctrina perniciosa en la Tierra: son las personas que se dicen ateas o agnósticas y son las responsables de todas las desgracias, ya que al ser el lujo un bien escaso, le quitan lo necesario a los pobres y a los más débiles para su exclusivo disfrute.   



DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
  (21 de Noviembre de 1.943)


Dice Jesús:

Vosotros, hombres que reconquistáis la salud después de enfermedades de muerte, sólo os ocupáis, cuando os dais cuenta, de agradecerme por la salud física recuperada. Nunca pensáis que Yo os he mandado esa prueba para haceros considerar que os espera un final tras el cual hay un inicio, así como el sol, poniéndose por la tarde, señala, que comienza el ciclo por lo cual habrá una nueva aurora. Pero vuestra aurora en el más allá, no es el comienzo de un día de pocas horas. Es el comienzo de un día eterno.

La enfermedad quiere haceros reflexionar sobre esto, y a este fin deberíais dirigir la salud recuperada para proveer a alcanzar ese día de paz.

Si supierais pensar sobre esto, ¡cuántas presas perdería el Infierno! Pero a menudo empleáis mal la salud que os concedo y los años que añado a vuestra existencia para esa finalidad. Os impacientáis en la enfermedad, os desalentáis, muchas veces dejáis de rezar diciendo: “Es inútil que lo haga. Si ha sido Dios quien me la ha mandado, ¿para qué le pido que me la quite?" Curados, no dirigís un pensamiento a Aquel que os ha devuelto la salud. Con vuestra incongruencia y vuestra irrespetuosa ingratitud dais a Dios la culpa de enviaros la enfermedad, pero no le dais el mérito de quitárosla.

Si pensáis que Él os da el mal, ¿por qué no pensáis que debe poder daros el bien? Es justamente lo contrario, hijos. El mal, sea cual sea, tiene en un 99% origen en vosotros mismos, y el bien tiene una única fuente: Dios. Dios que inspira e ilumina a quien os cuida, Dios que os alarga los días para dar tiempo a las medicinas para actuar y aumenta las resistencias para dar al cuerpo  la posibilidad de reaccionar, Dios, que con su voluntad instantánea puede haceros resurgir sanos, contra toda esperanza y fuera de cualquier otra ayuda, por un inescrutable motivo suyo.

Pero antes de alegrarse por el gozo de estar curados, deberíais  alegraros por la posibilidad que Dios os concede de reparar los errores precedentes a la enfermedad y trabajar para merecer la Vida eterna.

Yo obro para librar a vuestra alma de la perdición y cancelo con mi Amor vuestros pecados, esperando siempre en vosotros.
Vosotros… ¿qué hacéis? Devolved amor por el Amor que recibís y haceros “vivos”.

Ser “vivos”, no quiere decir ser de este mundo: quiere decir estar en el Señor. Quiere decir poseer la Gracia y tener derecho al Cielo. Vivo no es quien respira come y duerme con el alma muerta: este es despojo ya podrido a punto de caer, como el higo podrido en la rama, en la fosa que tiene por fondo el infierno. Vivo es quien, aunque agonice en la carne, posee la “Vida”, y aún más, a medida que cese la vitalidad de aquí, se acerca y crece en él la “Vida verdadera”. Vivo, es quien, mientras respira, ya está cantando las alabanzas que cantará eternamente al Señor y, mientras que las tinieblas descienden sobre sus pupilas, ve cada vez más claro, con los ojos del espíritu, el rostro del Padre.

Vivo es quien al ser sanado de una enfermedad humana se siente rescatado por el Señor y a Él dedica cada pensamiento.
Vivo es quien conoce la Verdad y quiere esta Alegría y esta Riqueza: la Verdad, por encima de todas las alegrías y las riquezas humanas. Y durante todos sus días se dedica a poseerla, porque el conocerla ha puesto en él la santa sed de conquistarla”.




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